El informante también tiene contactos con la inteligencia militar.
Esta semana habló con nosotros al agente de la Dijín que solicitó la interceptación de los celulares de la niñera Marbelys Meza y de otra empleada doméstica de la exjefa de gabinete de la Presidencia de la República, Laura Sarabia.
El investigador asegura que esos dos números los recibió de una fuente no formal que había entregado información antes. También dice que los celulares no fueron enviados por un superior suyo en la Policía.
Sostiene el patrullero que incluyó en una petición de interceptaciones dirigida al fiscal 191 Local de la Dirección Especializada contra Organizaciones Criminales porque era el tipo de información que había brindado esa fuente y que permitió un golpe contra el Clan del Golfo en agosto del año pasado.
Pues bien, hay tres novedades en el asunto:
1. La fuente no formal –que es un integrante del Clan del Golfo– no solamente tuvo contactos con la Dijín de la Policía Nacional, también estuvo en comunicación con miembros de las Fuerzas Militares que hacen trabajo de inteligencia en la zona.
2. Contrario a las informaciones iniciales, que señalaban su posible desaparición o muerte, aparentemente el informante ha seguido activo y los miembros de la inteligencia militar tienen información sobre su actual ubicación.
3. Tanto la Fiscalía, como la Dijín, lo o la consideran confiable porque ha entregado información verificable y que le ha permitido a las autoridades golpear la estructura ‘Jairo de Jesús Durango Restrepo’, un subgrupo del Clan del Golfo, que operó hasta febrero de este año bajo las órdenes de Wilmer Antonio Giraldo, alias Siopas.
La eventual ubicación de la fuente no formal servirá para establecer si, como lo afirma el patrullero, fue esa persona la que entregó los números de las empleadas de Laura Sarabia señalando que pertenecían a alias ‘La Cocinera’ y alias ‘La madrina’, dos mujeres presuntamente cercanas a alias Siopas.
Las interceptaciones arrancaron el 31 de enero. El 3 de febrero el analista de la sala de interceptaciones de la Dijín, en la avenida El Dorado de Bogotá, advirtió que en esas líneas no había información relevante sobre el Clan del Golfo y se lo comunicó al investigador de campo, es decir la misma persona que habló con nosotros esta semana.
El patrullero asegura que ese mismo día envió un mensaje de voz al fiscal 191 local de Quibdó alertándolo sobre la situación pero que ese fiscal solo dio la orden el 10 de febrero por lo cual apenas el 13 de febrero las líneas fueron excluidas del monitoreo.
Sin embargo hay otra parte del asunto que debe ser aclarada.
Una fiscalía de Bogotá que recibió la denuncia por el hurto a la casa de Laura Sarabia ordenó también la interceptación de las líneas de las dos empleadas.
Cuando existe solicitud simultánea de dos o más fiscalías para intervenir la misma línea telefónica se produce algo que técnicamente se llama “un rebote”. La plataforma que centraliza las interceptaciones produce una alarma electrónica. Esa alarma ocurrió el 3 de febrero.
Es decir hace cuatro meses la Fiscalía conocía sobre la existencia de esta interceptación irregular pero, por alguna razón desconocida, solo lo advirtió públicamente la semana pasada cuando CAMBIO reveló la información.
El fiscal general Francisco Barbosa se había comunicado en febrero de este año con la entonces jefa de gabinete, Laura Sarabia, para ofrecerle amablemente su ayuda en el caso del robo a su casa. Esto lo afirma una fuente que conoció la comunicación y que asegura también que Laura Sarabia le agradeció al fiscal Barbosa y le dijo que no quería tener tratamiento especial en la investigación.
Las preguntas sobre el caso se siguen multiplicando. La eventual ubicación de la fuente humana que habría entregado los números de las empleadas a la Dijín sería clave para establecer de dónde salió esa información: Si de un miembro de la Policía allegado a Laura Sarabia, como lo sostiene la hipótesis de la Fiscalía. O de alguien interesado en acabar con la jefa de gabinete, y de paso golpear al presidente Gustavo Petro, como lo creen varios miembros del gobierno nacional.
Bonus track: El misterio del piso 13. La Unidad Investigativa del diario El Tiempo ha llamado la atención sobre el funcionamiento de una dependencia de la Presidencia de la República en un edificio de la DIAN aledaño a Palacio.
Se trata del edificio SENDAS, donde por décadas funcionaron las residencias universitarias femeninas, y que hace casi 30 años fue entregado a la DIAN.
En el ala norte del piso 13 funciona una oficina de la jefatura de protección presidencial. En esa oficina, según informaciones periodísticas, hombres de seguridad sacaron copia espejo del celular de la niñera Marbelys Meza.
Según una alta fuente gubernamental en esa oficina funciona, desde hace al menos ocho años, una dependencia de la secretaria para la seguridad presidencial. En ese piso 13 se centraliza el manejo de drones y francotiradores que hacen parte del esquema de protección del presidente de la república.
Vía WRadio.