Por: Adriana Ortega Núñez – Administradora de Negocios, Máster en dirección de empresa y, Desarrollo local.
Con el permiso de los expertos en el tema de selección, personal, contratación etc. Sin el ánimo de desmeritar su valiosa labor, de manera muy pero muy personal se expresan algunas conjeturas hechas desde una mirada observadora, una mirada joven, sincera y de análisis.
Para ello, es importante hacerles el siguiente interrogante ¿les ha pasado que en una búsqueda laboral se encuentra con ofertas parecidas a la siguiente?: se necesita profesional con más de 10 años de experiencia relacionada, no mayor a 35 años, experto en Excel, en SAP, con conocimiento en extraterrestres, naves espaciales, plantas marinas…Experto, experto, experto, con alto nivel de inglés y si habla otros tres idiomas más le suma puntos.
Wow, produce un choque de emociones y felicidad para la empresa que logre conseguir a un sujeto tan excepcional como este. Tal parece que se encuentran compitiendo por profesionales que más tengan conocimiento y experiencia acerca del cargo que requieren cubrir, y no está mal, cada empresa quiere asegurarse de tener lo mejor en su grupo de empleados.
Pero ¿realmente vale la pena tener empleados mecanizados que se dediquen siempre a hacer lo que ya saben? ¿No les parece que de esta manera se pierde la motivación por parte del empleado? O por su parte, ¿no es mejor tener presente la combinación de habilidades duras, (referenciado los conocimientos técnicos, académicos, etc.) con las habilidades blandas, que muestra desde el ser las aptitudes, habilidades comunicativas, trabajo en equipo, capacidad y fortaleza de resolución de conflictos, motivación y curiosidad, ganas de crecer etc?
Alguna vez alguien menciono que el criterio que tenían en su empresa para contratar a una nueva persona, era que el candidato al momento de preguntarle si estaba capacitado y sabía hacer todo lo relacionado al cargo, este respondiera : La verdad no sé hacerlo, pero puedo aprenderlo con ustedes, wow, súper wow, la explicación que dio este joven CEO, fue “no quiero robots, quiero personas que se estimulen por la curiosidad y ganas de aprender, porque esto despierta la creatividad y se fortalece el trabajo en equipo y todo se refleja en buenos resultados para los colaboradores y para la compañía, que al final es lo que se persigue en la empresa”.
Tal parece que, si las empresas tuvieran en cuenta este tipo habilidades blandas, fueran más jóvenes los que pudieran acceder a buenos empleos, teniendo la oportunidad de demostrar todas sus capacidades de aprendizaje, adaptación, innovación y fortalecimiento de trabajo en equipo, lo cual se vería reflejado en el rendimiento de la empresa.