La plenaria del Concejo escogió ayer a la mesa directiva que el próximo año estará a la cabeza del cabildo, en medio de las tensiones que ha generado la imposibilidad que generaron las recusaciones para discutir el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y el presupuesto del 2022, que finalmente quedarán para aprobación por decreto de la alcaldesa Claudia López.
Como presidente, luego de varias especulaciones, fue elegido Samir Abisambra (Liberal), que obtuvo 32 de los votos a su favor. Tres no votaron, entre los que se encontraban Sara Castellanos (Liberal) y Diego Cancino (Alianza Verde), mientras que otros votos 10 fueron en blanco, debido a que varios de los cabildantes aseveraron que la administración lo estaría ayudando para ocupar dicho puesto.
“Se me ha encomendado hoy la importante y valiosa tarea de Presidir esta Corporación para el año 2022 por lo que es preciso reconocer y agradecer la confianza, en principio de mi bancada y por supuesto la de todos los concejales a quienes hoy les manifiesto que, durante mi presidencia, se brindarán las garantías necesarias para que participen de manera democrática, que siempre he defendido como un verdadero liberal”, dijo Abisambra.
Por otro lado, fueron escogidos por unanimidad en la primera vicepresidencia Humberto “Papo” Amín (Centro Democrático), mientras que en la segunda quedó Rubén Torrado (La U).
La nueva mesa directiva reemplazará a María Fernanda Rojas (Alianza Verde), quien estaba a la cabeza del cabildo, y a Carolina Arbeláez (Cambio Radical) y Gloria Díaz (Conservador), que estaba en las vicepresidencias.
Sus funciones comenzarán en enero de 2022, con el reto de sacar adelante el proyecto para modificar el reglamento de la institución, para así impedir que las recusaciones e impedimentos sigan siendo usadas como elementos políticos para dilatar la discusión de proyectos, así como tendrán en sus manos el proceso de elección del nuevo contralor de la ciudad.