Sneyder Pinilla y Olmedo López volvieron a agitar la conversación sobre los hechos de corrupción en el mega escándalo de Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD). El primero llegó con un chaleco antibalas por encima de su traje a la Corte Suprema de Justicia en un voluminoso esquema de seguridad y al lado de su abogado, el exfiscal condenado Luis Gustavo Moreno. El segundo estuvo nueve horas declarando en la Fiscalía, a la que por fin le entregó las pruebas documentales que tiene para acompañar sus dichos. El abogado de López, José Luis Moreno y hermanastro del anterior, dijo que su cliente entregó 200 folios entre los que se encuentran chats, pruebas de georeferenciación, trazabilidad de dinero, documentos de reuniones y otros elementos.
Aunque Pinilla y López tuvieron el mismo día una agenda de declaraciones paralela, hubo una frase del exsubdirector de la UNGRD que también se convierte en un punto de giro en la historia.
“Hoy vengo a cumplirle la cita a la justicia, no me estoy escondiendo absolutamente de nadie y vuelvo a pedirle perdón al país, a mi familia, mis padres, mis hijos y mi hogar, porque lo que hicimos estuvo mal. Hice parte de una estructura criminal, en la cual yo fui testigo directo de los dineros que le entregamos a algunos congresistas en el país. Yo directamente al doctor Andrés Calle, presidente de la Cámara de Representantes. Acuérdese doctor Andrés, cuando se lo entregué directamente en su apartamento en Montería. Y al doctor Iván Name, a través de la mensajera, la doctora Sandra Ortiz. Dos días doctora, dos días duré entregándole estos dineros para que se pudiera cumplir con las cosas. Yo no estoy en ningún tape y tape. Y fui el primero en levantar la mano. Si no es porque yo levanto la mano, absolutamente nadie estaría involucrado en este proceso. Por eso quiero que sepan que voy a hacer la reparación económica y voy a entregar absolutamente todo con lo que me he quedado”, señaló.
Esa fue su declaración inicial. Pero al salir de la Corte, y aclararle al magistrado investigador de la Sala de Instrucción que su compromiso inicial es con la Fiscalía, tal como lo hizo López la semana pasada, Pinilla dio una frase sobre su exjefe que denota una división de ambos y que podría también significar una competencia en la estrategia legal de los hermanos Moreno.
“Estamos inmersos en un principio de oportunidad. La diligencia se aplazó para el día 5 de julio a las 9 e la mañana (sic). Ese día esperaremos ya tener finiquitado el principio de oportunidad y daré todas las pruebas y el testimonio completo de lo que sucedió. El doctor Calle, el doctor Iván Name, la doctora Sandra Ortiz y el doctor Olmedo López van a tener mucho que explicarle al país”, agregó.
Hasta ahora no era claro que hubiese una distancia entre Pinilla y López. Es cierto que el primero que salió a los medios a hablar y entregó chats sobre sus conversaciones con congresistas fue Sneyder Pinilla, oriundo de Sabana de Torres (Santander), y en donde varios de los recursos millonarios de la UNGRD fueron a parar. Pinilla fue el que acataba las órdenes de López, quien a su vez las recibía de un supuesto cónclave compuesto por altos funcionarios en los que estarían el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y el actual director de la Dirección Nacional de Inteligencia, Carlos Ramón González, según dijo el propio Olmedo, faltando dos nombres más por ser expuestos.
Pero la frase de Pinilla revelaría que este también podría convertirse en un testigo contra su exjefe, de quien tendría información más allá de lo que conoce la opinión pública. El ministro Velasco dijo a medios que López, a quien se refirió como “el raterito de la UNGRD”, deberá explicar contratos millonarios para los jagüeyes (unos pozos de agua artesanales) en La Uribia, La Guajira, además de los carrotanques.
Las pruebas de Olmedo López
López, por su parte permaneció en silencio y con las manos atrás en su recorrido por el búnker de la Fiscalía, a pesar de las incisivas preguntas de los periodistas. Se le vio calmado y su permanencia en el ente acusador fue de casi 10 horas. Con esa primera colaboración, la Fiscalía deberá definir si le otorga a ambos el principio de oportunidad y empieza la investigación independiente con el fin de corroborar los hechos y avanzar en otras definiciones.
Aunque el escándalo promete un impacto más grande del que ha tenido hasta ahora para el Gobierno, la única cabeza que ha cobrado para el Ejecutivo es la de Sandra Ortiz, exconsejera para las regiones.Las pruebas de Olmedo LópezLópez entregó un portafolio con pruebas en donde se encuentran los nombres de otros altos funcionarios, ministros y congresistas en el mega escándalo de corrupción que, según su versión a los medios de comunicación, es de alrededor de 380.000 millones de pesos.
Los nombres que fueron ratificados en las acusaciones son los de Andrés Calle, presidente de la Cámara de Representantes e Iván Name, presidente del Senado, quien, a pesar de los señalamientos, acaba de tener una audiencia con el Papa Francisco en Roma. La otra expuesta a quien el presidente sí le pidió la renuncia fue la exconsejera para las regiones, Sandra Ortiz, del Partido Verde y cercana a Carlos Ramón González y a Name. Según la versión de Pinilla, la supuesta entrega de 3.000 millones de pesos a la exconsejera se tardó dos días y él mismo la realizó.
Tomado de El Colombiano