Las posturas de Cambio Radical (CR) en los últimos días están más cercanas a la oposición que a la independencia que le declaró al Gobierno. Para la colectividad no fue suficiente el acuerdo que anunció el martes el presidente Gustavo Petro sobre la exclusión del impuesto a las pensiones y la modificación a la sobretasa del impuesto de renta para empresas del sector petrolero y carbonífero. A pesar del anuncio, que podría bajar de $22 billones a $20 billones el recaudo que pretende la iniciativa, desde Cambio Radical enfilan baterías para evitar que la reforma sea aprobada en el Congreso.
El partido, que ya ha mostrado su rechazo a la reforma fiscal por medio de figuras como Germán Vargas Lleras, director del partido, y senadores como David Luna, Arturo Char y Antonio Zabaraín, explicó la prolongación de su postura negativa en que “hay propuestas que paralizarán la economía de Colombia y afectarán el bienestar de la población más vulnerable”.
Desde el partido emitieron otros nueve puntos que justifican su voto negativo a una reforma que, dicen, se aplicará justo en un momento de desaceleración económica “sin precedentes”, por lo que le apostarán a hundir el proyecto que ya fue aprobado en primer debate en las comisiones económicas (III y IV) del Congreso, y que seguramente tendrá su segundo debate la próxima semana.
El primer punto que preocupa a la bancada de Cambio radical es el impuesto al patrimonio, que califican como una “doble tributación” y una “forma de expropiar anualmente el ahorro y la inversión de quienes prefirieron destinar parte de su renta anual a la adquisición de bienes, en lugar de destinarlas al consumo”. De acuerdo con el partido, que pedirá eliminar dicho tributo, este punto se configurará como un castigo al ahorro y a la inversión.
La colectividad tampoco piensa votar el impuesto a los dividendos, tal como quedó aprobado en primer debate en el que se propone elevar la tasa de impuesto de renta aplicable a los dividendos del 10 % al 20 %. Para los congresistas de CR, “un incremento de esa magnitud deteriora aún más la competitividad del país y desestimula la inversión extranjera”. La contrapropuesta del partido para que eso no ocurra es mantener la tasa actual del 10% sobre los dividendos.