El Fuerte de San Sebastián del Pastelillo, erigido sobre las ruinas del Fuerte Boquerón, fue la primera fortaleza militar que defendió a Cartagena. Fue construido en 1743 y, desde hace varias décadas, funciona en ese lugar el restaurante Club de Pesca.
Sin embargo, desde el pasado 19 de agosto, existe gran indignación en la ciudadanía cartagenera ante la intervención al fuerte, el cual fue pintado de blanco y luego recubierto de color beige.
director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, Alberto Escovar, criticó duramente la intervención que el grupo de inexpertos realizó con pintura sobre el Fuerte.
“Estamos muy sorprendidos, no nos imaginamos que algo así pudiera suceder. Es sorprendente que el Club de Pesca, conociendo cuáles son los lineamientos que se deben seguir cuando se va intervenir un bien de interés cultural, no nos haya comunicado absolutamente nada”, advirtió Escovar.
¿Quién debe responder por el cuidado de las Murallas?
Escovar explicó que en 1943, por una decisión del Congreso de la Republica, el Fuerte de San Sebastián fue entregado a la Sociedad de Mejoras Públicas de Cartagena y esta, a su vez, lo entregó al Club de Pesca. Por ese motivo, esta intervención hoy en día es responsabilidad de esa entidad.
Ante estos hechos, el Ministerio de Cultura revisará la situación contractual para que el Club de Pesca pague un arriendo que beneficie el mantenimiento de todas estas obras. Así, se asegurará que cualquier intervención que se haga en la ciudad cumpla con todos los protocolos de Patrimonio.
A su vez, el Ministerio ya envió a un grupo de expertos, entre ellos un arquitecto, que se encargará de determinar qué tan grave fue el daño sobre el patrimonio. Mientras sale el resultado, ya se abrió una indagación preliminar contra la señora Ileana Stevenson, gerente del Club Náutico de Cartagena, y se les impuso una multa por los daños causados.