En medio del pleito jurídico entre el Gobierno Nacional y el Instituto Internacional de Estudios Anticorrupción para que se conozcan de manera pública los contratos que suscribió Colombia en la adquisición de vacunas contra el COVID-19, se conocieron algunos detalles a los que se llegó con Pfizer y AstraZeneca.
Un documento de 132 páginas señala que, por cada dosis de Pfizer, el Estado pagó USD12.00 y por cada dosis de AstraZeneca, se pagó USD 6.00.
El contrato, suscrito entre la Unidad de Gestión del Riesgo, Pfizer y la Fiduprevisora, advierte que “la República de Colombia asume integralmente los riesgos derivados de la adquisición, uso y aplicación de la vacuna conforme a las obligaciones de indemnidad”. Así mismo, reconoce que los esfuerzos de las farmacéuticas “están sujetos a riesgos significativos e incertidumbres”.
De este modo, advierte el contrato Pfizer que “el producto podría no tener éxito por motivos técnicos, clínicos, reglamentarios, de fabricación, despacho, almacenamiento y otros desafíos o fallas”.
Por su parte, el de AstraZeneca establece, entre otros, que “el comprador mantendrá indemne a AstraZeneca (…) contra todos y cada uno de los daños y responsabilidades (…) y los costos legales razonables por fallecimiento, daño físico, mental o emocional, enfermedad, incapacidad”.
Así, Colombia renuncia a cualquier reclamo jurídico ante el eventual incumplimiento de las farmacéuticas: “El Comprador, en nombre propio y del Estado de Colombia, renuncia expresa e irrevocablemente a cualquier derecho de inmunidad, sea propio o con respecto a sus activos, existente o futuro”, dice un aparte.
En cuanto a la eventual escasez de productos, aún si obedece a que las farmacéuticas decidieron priorizar a otro país con su despacho, los contratos advierten que las farmacéuticas decidirán los ajustes respecto de las dosis contratadas y el cronograma.