Por: Jairo López Saleme. Abogado, Magíster en Gobierno y Políticas Públicas.
Las redes sociales se convirtieron en la gran alternativa para una cantidad de personas que les hacía falta expresar su resentimiento, odio, intriga y la gran necesidad de ser escuchados sin ningún tipo de responsabilidad de lo que se dice, yo los llamo, los ‘Dragones de las Redes’.
Al salir a presión de la boca, el combustible se mezcla con el oxígeno y se transforma en una corriente de fuego, esa es básicamente la forma como los dragones emanan candela viva. De igual forma, al salir de la mente de los dragones de las redes, la cantidad de sentimientos oscuros se mezclan con una horda de seres sedientos de maldad y una conducta que raya con la lujuria, esta combinación se transforma en el fuego de las redes sociales. Un fuego sin dirección que sencillamente calcina cualquier cosa a su paso, estos dragones generalmente usan perfiles falsos, puesto que una de sus características es ser absolutamente cobardes, igual que Jano, el Dios de las dos caras, conviven con una dualidad enferma. Por un lado, valerosos, con ínfulas de grandeza en las redes y, por el otro, insignificantes y medrosos en la vida real y su cotidianidad vacía.
Valdría la pena que algún estudiante juicioso especializado en siquiatría dedicara su tesis al estudio de estos personajes. Entre más sentimientos quemen, más felices son, eso seguramente debe ser alguna condición mental que trajo consigo la modernidad y la ampliación de los sistemas de comunicación global por medio de la internet; es un tipo de violencia prácticamente aceptada y casi que aplaudida por las personas que disfrutan de la posibilidad de dañar sin filtros ni responsabilidad.
Pero no podemos desconocer que esto es un reflejo de la inversión de valores que vivimos hoy en día y sin rayar con el moralismo. Sí, considero que estamos en el derecho de hacer lo que queramos, siempre y cuando no dañemos a nadie. Hemos llegado a extremos en los que víctimas de los dragones se quitan la vida, en otras ocasiones el atacante y los espectadores solo gozan con la calumnia y el señalamiento sin ningún tipo de fundamento. Estoy absolutamente seguro de que estos dragones no serían capaces de decir ni un pequeño porcentaje de las cosas que escriben en la redes si tuvieran a sus víctimas de frente, además son politólogos, abogados, ingenieros, economistas, sociólogos, sicólogos y periodistas investigadores.
A ti dragón de red social, si leíste esto, trata de apagar tu fuego enfermo y cobarde, vive y deja vivir. Si eres o fuiste víctima de estos dragones, la mejor forma de combatirlos es ser feliz y tener paz mental.
Posdata: si algún dragón se quiere comunicar conmigo que me escriba al interno