LAS FAMILIAS COLOMBIANAS GOLPEADAS POR EL ESTADO

La familia es el grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas; es el conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje (RAE).

Por: Eduardo Padilla Hernández, presidente Asociación Colombiana de Veedurías (ASO-RED).

El Estado es la extensión del individuo, de la familia, de la comunidad, de la sociedad; pero sin la familia no existiría el individuo, no habría comunidad, ni sociedad, ni Estado.

El núcleo familiar comienza con un hombre y una mujer, unidos por el amor. La familia nuclear es la familia conviviente formada por los miembros de un único núcleo familiar, el grupo formado por el padre, la madre y sus hijos. Una familia es un grupo de personas unidas por el parentesco. Esta unión se puede conformar por vínculos consanguíneos o por un vínculo constituido y reconocido legal y socialmente, como es el matrimonio o la adopción.

La familia es la organización social más importante para el hombre: el pertenecer a una agrupación de este tipo es vital en el desarrollo psicológico y social del individuo.

Las familias monoparentales están conformadas por uno o más hijos y la madre o el padre. Este tipo de familia puede darse a raíz de una separación, de la decisión de ser padre o madre soltero/a o de haber enviudado. Por lo general, con el tiempo estas familias dan lugar a la nueva unión de los padres, formando así las familias ensambladas.

El derecho a la familia es una prerrogativa sustentadas en la dignidad humana, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral de cada persona del núcleo familiar. Esta prerrogativa se encuentra establecida dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, en tratados internacionales y las leyes.

La familia es considerada el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, allí el individuo establece sus primeros contactos sociales y culturales: los primeros aprendizajes (caminar, hablar, relacionarse con los otros) comienzan en el hogar.

La familia es la base de toda sociedad, ya que dentro de ella los adultos educan y transmiten valores a los niños y niñas que la conforman. El entorno familiar influye notablemente en el desarrollo emocional y social de las personas, y puede motivar o condicionar a los miembros.
La inteligencia emocional adquirida, los sueños y miedos provienen del impacto del entorno familiar en el individuo. Los ambientes familiares violentos y problemáticos, como la separación de los padres, la muerte de algún miembro de la familia, entre otros, suelen influir negativamente en el desarrollo personal y social de las personas.
Es fundamental que la familia funcione como espacio de contención, ayuda, comprensión y comunicación para el desarrollo del potencial y las habilidades de los miembros.

La familia constituye la base de trasmisión de educación y valores: los miembros comparten costumbres y tradiciones que suelen ser transmitidas de generación en generación. Sus miembros poseen el desafío de superar en conjunto retos y dificultades.

Existe una serie de valores fundamentales que es importante que todas las familias transmitan a hijos e hijas para el desarrollo armónico de la familia y de la sociedad: Afecto, comprensión, Respeto por la individualidad, compromiso, responsabilidad, comunicación, justicia, tolerancia y honestidad, entre otros.

Acerca de este importante tema, el sacerdote Gumersindo Domínguez, manifiesta que de la familia depende que haya buenos cristianos, buenos ciudadanos, buenos vecinos, buenas amistades, buenas costumbres, buenos procederes y una buena crianza. El clérigo recomienda que la familia debe estar siempre en el ojo de los gobernantes; no para destruirla, sino para ayudarla a cumplir con su misión. Agrega el presbítero, que a la familia no la remplaza nadie, porque antes que el Estado, está la familia, pues la madre tiene más autoridad sobre sus hijos que el maestro y que cualquier otro empleado del Estado.

Pero la élite infame está dispuesta, mediante la reforma tributaria, a golpear muy duro a la mayoría de las familias del país (porque la minoría no paga impuesto). En este sentido, el exministro de hacienda Carlos Echeverry, señaló que la reforma tributaria que se avecina para Colombia, les quitaría a las familias del país más de la mitad de sus ahorros.

De los $48 billones de pesos del salario del pueblo colombiano, el gobierno nos va a quitar $27 billones de pesos; o sea que nos quedarían solamente $21 billones de pesos; es decir, del ingreso disponible después de consumir, el gobierno se nos va a llevar más de la mitad de nuestro dinero”, explicó el analista económico.
Es necesario que La Liga de la Justicia, conformada por el soberano pueblo colombiano, junto y unánime, derrote en el 2022, no sólo en las urnas, sino también en la registraduría, a todos los forajidos de la corrupción.

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