LA REALIDAD DE SER UN ESTUDIANTE DE COLEGIO PÚBLICO

Por María Ángel Araújo. Estudiante de secundaria.

Soy estudiante de secundaria y pertenezco a la multitud de jóvenes que viven toda una problemática en los diferentes colegios públicos de este país. Observo a detalle cada una de las falencias que se presentan en mi colegio y en otras instituciones educativas, y creo que son situaciones que necesitan pronta solución.

El deterioro de la infraestructura, las carencias e inconsistencias en los procesos académicos son el pan de cada día y que por muchos años hemos venido sufriendo. Así estudiamos: sin aulas acondicionadas; poca iluminación, sillas, tableros y ventiladores en mal estado, y sobrepoblación de estudiantes por salón de clases. Todo esto hace que los procesos de aprendizaje sean precarios.

La monotonía de los profesores para enseñar y la falta de uso de herramientas didácticas nos condena como estudiantes a conformarnos con recibir un conocimiento de la forma más insípida y, como para empeorar, escuchamos a diario a los profesores mayores decir que en realidad están esperando su último año para salir pensionados, entonces puedo interpretar que solo lo hacen por beneficio propio y no porque aman enseñar.

Las directivas de los colegios públicos no buscan alternativas que los involucren en procesos académicos que puedan hacernos competitivos y así mejorar los indicadores de calidad educativa. No tenemos convenios con instituciones de ciencia y tecnologías, con empresas que nos brinden capacitaciones y nos orienten en la búsqueda de nuestra educación superior. Noto el poco interés de los directores de los colegios para que las instituciones lleguen a impartir educación de calidad. Como estudiante de secundaria me veo en la obligación de expresar que no estamos recibiendo herramientas adecuadas para nuestra formación.

Estas dificultades han estado presentes desde hace mucho tiempo. Aunque en algún momento han intentado dar solución y ser esa voz a favor de muchos estudiantes, nada de esto ha solucionado a fondo los diversos problemas. He visto una que otra protesta por parte de los estudiantes, pero siento que muchas de ellas no trascienden.

Tal vez nos ha faltado un poco de valentía y trasladar esa protesta a las calles, pero es muy cierto que por nuestra condición de estudiantes necesitamos apoyo de nuestros padres, profesores y directivas de los colegios. Sé que en mi institución, como en muchas otras de Cereté, el municipio donde nací y resido, tenemos un gobierno escolar, alternativa que tal vez no ha sido aprovechada por el desconocimiento del alcance que como estudiantes podemos tener a través de él. Desconocemos todo lo que puede lograr un personero estudiantil y sus consejeros. Y tengo que señalar que la asociación de padres de familia no se ha involucrado de lleno en los problemas que nos aquejan.

Los rectores y maestros pregonan que los colegios públicos funcionan de maravilla, sin embargo, los estudiantes somos los principales espectadores de la realidad académica. Nuestra opinión es distinta a la que se escucha en todos lados. Los indicadores educativos nos dan la razón: algo no está funcionando bien.

La solución de esta problemática no es tan difícil, podríamos comenzar por implementar cátedras estudiantiles que nos permitan ampliar el conocimiento de herramientas útiles para el desarrollo académico. La realización de ferias de tecnología y ciencia, de agro, de economía y otras, que impartan experiencias y habilidades de una forma dinámica, que tengan en cuenta a los estudiantes de las diferentes universidades del país y que viabilicen procesos para que ellos puedan venir y compartir todo lo que han aprendido, lo cual motivaría a los estudiantes del colegio. Otro punto muy importante es que haya compromiso por parte de los directivos de los planteles para que se inviertan de forma idónea los recursos que reciben y no vayan a terminar en beneficio propio.

Todo esto nos mostrará que más que estudiantes desaplicados y desinteresados, tenemos muchos niños y adolescentes desmotivados por las condiciones de aprendizaje.

¡Soy de colegio público, defiendo la educación pública!

Deja un comentario