LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD FUE ACUSADA DE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD

A la manera de Chespirito, la célebre comedia picaresca mexicana, yo “lo sospeché desde un principio”. Nadie me creyó. Pero “no contaban con la astucia” del doctor Reiner Fuellmich.

Por: Eduardo Padilla Hernández, presidente Asociación Red Colombiana de Veedurías Ciudadanas (Aso-Red).

La Primera Guerra Mundial ​ fue una confrontación bélica centrada en Europa que empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania aceptó las condiciones del armisticio.

Luego la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del mundo, incluidas todas las grandes potencias.

Ahora, para la Tercera Guerra Mundial, que se inició a finales de 2019, no hubo necesidad de utilizar armas de fuego, porque se trata de una Guerra Biológica donde se usa un dispositivo diminuto y letal, denominado coronavirus o Covid-19, cuyo propósito macabro consiste en reducir la población mundial.

El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, Artículo 7, define así los crímenes de lesa humanidad: 

A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:

 El asesinato, el exterminio, la esclavitud, la deportación, la tortura y la privación de libertad física violando las normas del Derecho Internacional. Pero, además, se añaden otros delitos. Entre ellos, la persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género…”. Y, además, se incluye al apartheid (pronuncie: apaedjai) o la desaparición forzada de personas.

 “Un equipo de más de 1.000 abogados y más de 10.000 expertos médicos liderados por el Dr. Reiner Fuellmich iniciaron procedimientos legales contra los CDC (Centros para el control y prevención de enfermedades), la OMS y el Grupo de Davos (Foro Económico Mundial) por crímenes de lesa humanidad”.

“Fuellmich y su equipo presentaron pruebas de PCR defectuosa y la orden para que los médicos etiqueten cualquier muerte por comorbilidad como muerte por Covid-19 como fraude. La prueba de PCR nunca fue diseñada para detectar patógenos y es 100% defectuosa a los 35 ciclos. Todas las pruebas de PCR supervisadas por los CDC se establecen en 37 a 45 ciclos. El CDC admite que cualquier prueba de más de 28 ciclos no es admisible para un resultado positivo confiable. Esto por sí solo invalida más del 90% de los supuestos casos de Covid-19/“infecciones” rastreadas por el uso de esta prueba defectuosa”.

“Además de las pruebas defectuosas y los certificados de defunción fraudulentos, la inyección “experimental” en sí misma infringe el artículo 32 de la Convención de Ginebra. En virtud del artículo 32 del IV Convenio de Ginebra de 1949, se prohíben “la mutilación y los experimentos médicos o científicos que no sean necesarios para el tratamiento médico de una persona protegida”. Según el artículo 147, la realización de experimentos biológicos en personas protegidas constituye una violación grave de la Convención”.

La vacuna “experimental” viola los 10 códigos de Nuremberg que conllevan la pena de muerte para quienes pretendan violar estas leyes internacionales.

La inyección no cumple con los siguientes cuatro requisitos para ser considerada una vacuna y es, por definición, un “experimento” y ensayo médico:

-No Proporciona inmunidad al virus.
Se trata de una terapia génica con “fugas” que no proporciona inmunidad al Covd-19 y afirma que reduce los síntomas, pero ahora el 60% de los pacientes con doble vacunación requieren ER o UCI con infecciones por Covi-19.

-No Protege a los receptores de contraer el virus.
Esta terapia genética no proporciona inmunidad y, aun así, la vacunación doble puede contraer y propagar el virus.

-No Reduce las muertes por infección por virus.
Esta terapia genética no reduce las muertes por infección. Los infectados con doble vacunación con Covid-19 también han muerto.

-No Reduce la circulación o transmisión del virus.
Esta terapia genética aún permite la propagación del virus ya que ofrece cero inmunidad al virus.

Estas 11 mil personas, dirigidas por el doctor Reiner Fuellmich, aunque no son muchas, fueron capaces de enfrentar en una batalla, jurídica y científica, al establecimiento global. Es difícil creer que estas pocas personas vencerán al sistema. Pero, Albert Einstein, asegura que sólo una bomba de amor podrá destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta.  Esos chicos malos que están empecinados en reducir la población mundial por medios biológicos, ignoran que cualquier día, Hameforash, el Jefe del Amor, aterrizará en este planeta; él reunirá a sus hijos, pero destruirá a los descendientes de Antípalos con el resplandor de su presencia.

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