Belizza Ruiz, hasta el viernes pasado la viceministra de Energía, habló el martes pasado y aclaró que la ministra Irene Vélez fue la que le pidió su renuncia, y que también habría pensado en declarar su subsistencia, pero por orden del presidente Gustavo Petro no lo hizo. Ese día, tras las investigaciones dijo que el cuestionado informe “Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la transición energética justa”, nunca fue revisado por ella antes de su publicación, a pesar de contar con se escribió y por qué concluye que Colombia tiene gas garantizado hasta el 2037: “Mi nombre fue puesto allí para legitimar esas cifras, y ese texto. Una vez leído, estoy en completo desacuerdo con ese documento”.
Ruiz, con una trayectoria académica amplia y reconocida, renunció el 6 de enero a través de una carta de 11 páginas y 25 anexos entregada directamente al presidente Gustavo Petro. En Palacio tardaron 3 semanas en aceptar su renuncia, pero Ruiz debió cambiar la carta por otra en la que decía, en una línea, “Renuncio al Ministerio de Minas y Energía”. Horas después, en su casa en Bogotá, la exviceministra entrega detalles sobre el contenido de la primera carta entregada al presidente Petro, texto que debió cambiar porque, al ser motivada, no fue aceptada por la Secretaría Jurídica de Palacio.
¿Cómo llegó al Ministerio de Minas?
Su hoja de vida llegó a la mesa de Irene Vélez gracias al papá de la ministra, Hildebrando Vélez, que buscaba personas técnicas que pudieran rodear el proyecto de la transición energética justa. Al principio, dice Ruiz, la relación fue fluida y amable, pero el ambiente era tenso porque los medios de comunicación estaban encima de la ministra. “No nos veíamos mucho, pero en algunas reuniones yo me hacía al lado de la ministra Vélez, y le dibujaba cables, o un esquema de una generadora, para que entendiera los asuntos técnicos y pudiera emitir sus juicios”.
La primera fractura de la relación llegó, sin embargo, días antes de la moción de censura que enfrentó la ministra Vélez. Uno de los subalternos de la viceministra era el director de hidrocarburos, Camilo Rincón, quien siempre tuvo en contra a la ministra Vélez.
“Ella era muy desconfiada, a Camilo le hicieron incluso montajes en los que él hablaba, supuestamente, mal del presidente Petro”. Por el contrario, la viceministra creía que el aporte de Rincón era fundamental, y que lo perseguían porque venía de otro gobierno.
Luego, durante la moción de censura, la exviceministra contó en la entrevista con 6AM Caracol radio que una persona que se identificó como parte de una Unidad de Trabajo Legislativo de un congresista, se le acercó y le dijo: “ojo, viceministra, que están negociando su cargo”. Ese día, dice Ruiz, que la confianza se perdió y la relación nunca volvió a ser igual, y aunque la ministra Vélez se lo negó, la duda quedó en el ambiente.
Desde ese momento, solo hablaron un par de veces más, con la ministra pidiendo su renuncia, y la viceministra contestándole que ella se iba, pero que quien tenía que sacarla era el presidente Petro. Después de estoA, decide escribir una extensa carta en la que dice, entre otras cosas, que la ministra Irene Vélez quería poner a una persona, que trabaja en el Gobierno, en dos juntas directivas de dos electrificadoras que, entre ellas, compiten por un mismo mercado.
Eso, dice Ruiz, demuestra que la ministra no entiende cómo opera el sistema, y que “no sabe nada de energía, de cómo funciona ese mercado, no puede aportar nada a esas empresas”.
Finalmente, la doctora Belizza Ruiz dice que los funcionarios técnicos que venían de otros gobiernos eran “matoneados” por la ministra Irene Vélez: “Se les recordaba todo el tiempo que venían de otros gobiernos, señalados por eso”. La consecuencia es que muchos de ellos se han ido del Ministerio, por el pecado imperdonable de haber trabajado en otros gobiernos.
Tomado de Caracol radio