INDÍGENAS SE TOMARON EL EDIFICIO DE AVIANCA Y EL ESMAD TUVO QUE INTERVENIR

Desde las 11:30 de la mañana de este miércoles 19 de octubre, de una manera insólita y totalmente reprochable, decenas de indígenas de la comunidad embera katío que estaban asentados en el Parque Nacional y posteriormente fueron reubicados en La Rioja, se tomaron el antiguo edificio Avianca, en el Parque Santander, sobre la carrera Séptima en el centro de la ciudad, a pocos metros de la sede del Banco de la República.

Se conoció que los indígenas se tomaron ilegalmente las entradas y salidas de este edificio y al interior del mismo habría más de 200 personas totalmente retenidas en contra de su voluntad.

Lo más alarmante del caso, es que los indígenas estarían utilizando a decenas de niños menores de edad, como escudo para evitar que las autoridades intervengan y logren evacuarlos de este edificio para que las personas retenidas puedan salir con tranquilidad.

Esta situación estaba ocurriendo a pesar de que en el lugar hay presencia de funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf).

Los indígenas se habrían tomado este edificio como ‘represalia’ ante la posible negativa de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de atender nuevas exigencias de la comunidad. De hecho, los indígenas creen que en este edificio aún queda la sede de esta entidad del orden nacional.

En su cuenta oficial de Twitter, la concejal de la Alianza Verde, Lucía Bastidas, cuestionó la toma ilegal de estos indígenas al edificio Avianca.

“Son los mismos indígenas que estuvieron en el Parque Nacional y luego en el centro La Rioja. Cuándo los gobiernos nacional y distrital van a resolver esta problemática”, se preguntó la cabildante. Así mismo, cuestionó: “¿quién protege a los niños indígenas que han usado como escudos humanos?”.

Hasta el momento, ni la alcaldesa encargada de Bogotá, Edna Bonilla, ni el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, se han pronunciado frente a esta toma ilegal de los indígenas a la reconocida edificación en el centro de la capital.

Sin embargo, ante la renuencia de los indígenas de dejar salir a las personas que estarían retenidas, el Esmad se vio en la obligación de intervenir y a esta hora se presentan enfrentamientos entre los uniformados y las comunidades indígenas.

 

Infierno en La Rioja

La pesadilla que sufrieron los vecinos del Parque Nacional de Bogotá durante nueve meses, cuando más de 1.000 indígenas de las etnias embera chamí y embera katío se apoderaron de esa zona ante la mirada atónita de las autoridades, se trasladó a otro punto. Concretamente, a La Rioja, en pleno centro de la capital del país, un sitio que solía albergar a exhabitantes de calle. Desde mayo, el lugar se volvió un verdadero infierno: hay denuncias por riñas, violencia intrafamiliar, agresiones y actos sexuales abusivos. Esta alarmante realidad no había sido divulgada por la alcaldía de Claudia López.

    Los niños de esta comunidad están en alto riesgo de caer en la mendicidad, según lo alertó el Ministerio Público. También son los más afectados por las enfermedades.

En un sitio que se supone que es ahora un “territorio ancestral” abundan el consumo de bebidas alcohólicas y de sustancias psicoactivas. Además, hay insalubridad, propagación de enfermedades como la tuberculosis, se habla de muerte de menores, de falta de suministro de agua y de un alto hacinamiento.

Si bien es cierto que los indígenas denuncian falta de condiciones para vivir en La Rioja y el incumplimiento de los acuerdos pactados con la Alcaldía, es imposible tapar con un dedo las denuncias de los graves hechos que vienen ocurriendo allí y donde los principales involucrados son justamente los miembros de esa comunidad.

SEMANA estableció que en junio, en un Puesto de Mando Unificado (PMU), se puso en conocimiento de las secretarías de Gobierno, Seguridad, Integración Social, Salud, además de la Personería, una grave denuncia de agresión y acto sexual abusivo de los indígenas en contra del personal de convivencia y diálogo de la Alcaldía.

“La problemática es bastante grave. El machismo en esta comunidad es alarmante, incluso han intentado agredir en varias ocasiones a las mujeres gestoras de convivencia”, le dijo una fuente a SEMANA.

La Personería confirmó que conoció el caso y lo trasladó a las autoridades competentes. Esta cruda realidad ha llevado a varios de los funcionarios que visitan La Rioja a no querer hacer su trabajo o a renunciar a sus cargos.

Pero el maltrato no es solo hacia los trabajadores del Distrito. Este medio conoció que han sido varias las denuncias que han hecho las mujeres embera chamí y embera katío por graves casos de violencia intrafamiliar. “Si intentan agredir a los funcionarios del Distrito, ¿qué se puede esperar con las mujeres de esta comunidad?”, reseñó otra fuente que conoce a fondo este problema.

Las denuncias son recurrentes. Se conoció que hace unos días, en una riña, una indígena fue herida en su brazo derecho con un arma cortopunzante y varios hombres fueron trasladados de urgencia a hospitales de esta zona, en la avenida Caracas con calle Cuarta.

La Personería reconoce que en La Rioja y en sus alrededores “se han presentado riñas por consumo de bebidas alcohólicas y consumo de drogas”. Además, según la entidad, “se observa poca responsabilidad de los padres, en algunas ocasiones, por situaciones como estado de embriaguez que no les permiten atender sus deberes y responsabilidades”.

Irónicamente, esto sucede a pesar de que el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, y el secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, ordenaron contar con el acompañamiento de la Policía para no permitir el ingreso de bebidas alcohólicas ni sustancias psicoactivas.

En síntesis, La Rioja es un infierno. A las autoridades se les salió de control. Pasan los días y no hay medidas.

Tomado de Semana

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