Una lamentable historia vive Leidy Quejada, una mujer desplazada cuatro veces por grupos violentos y a quien hoy revictimizan.
Después de denunciar amenazas de muerte, una funcionaria del ICBF se llevó abruptamente a sus hijos de 3 y 7 años diciéndole que “su vida no interesa”, solo la de los niños.
Quejada se manifestó ante la opinión pública y dijo: “mi primer desplazamiento fue en el 2017 en Barbacoa, Nariño. Yo tenía un negocio y me dijeron que me daban 72 horas para irme, decidí irme para Cali e hice las respectivas declaraciones en la Unidad de Víctimas”.
“Me desplacé con mi pareja a Bogotá, la Unidad de Víctimas nos ayudó. Al mes de estar acá, mi pareja decidió irse y luego reporté que estaba sola con mis hijos”. También expresó que “recibí unas amenazas que dónde estaba mi pareja, la persona me mostró un arma. El pasado 24 de junio, esas personas me llamaron por mi nombre, me intentaron disparar”, indicó la víctima.
Además, habló en la UNP y después la llamó una persona del ICBF. La primera persona del instituto le dijo que los niños estaban bien cuidados y le dijo que se fuera del país, a los tres días llegó otra mujer y le sugirió lo mismo.
«No hablo con vecinos, con nadie y cuando voy a salir cojo varios taxis y siempre cargo un gas pimienta en mi bolso. A mis niños no los dejo salir por el proceso que tengo».
Expresó que “el pasado viernes, hacia las 9 de la mañana, tocaron mi puerta y una funcionaria del ICBF me dijo que venía para que la acompañara en un estudio psicosocial, cuando vi a los policías me retracté. Me encerré y ella trató de tumbar la puerta y recalcó que hiciéramos las cosas por las buenas […] llamó a mi pareja. Cuando salí me di cuenta que me iba en una patrulla, me llevan y me dice la señora que me mude de localidad y le dije que aceptaba”.
Relató que “a las 5 de la tarde, mi pareja le dijo que a qué hora nos podíamos ir, luego ella llegó con unos policías y vigilantes diciendo que se iban a llevar los niños. Separarme de mis hijos es un dolor que solo lo siento yo”.