Unos 10 millones de griegos están convocados mañana a la urnas para elegir nuevo Parlamento y Gobierno entre la continuidad de los conservadores en el poder, que parten como favoritos, o un vuelco a la izquierda.
Las elecciones se celebran tras trece años muy duros para la población helena desde el descalabro de su economía desatado en 2010 por un enorme endeudamiento que puso al país al borde del abismo y de la salida de la zona del euro.
La situación ha mejorado claramente desde entonces: la economía griega creció un 6 % el año pasado.
Pero aún le queda camino por recorrer a este país, uno de los más pobres de la Unión Europea (UE), con una población preocupada sobre todo por la fuerte subida del coste de la vida.
En las últimas encuestas, la formación conservadora Nueva Democracia (ND) del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, aparece en primer lugar con un 32 % de la intención del voto, 6 puntos por delante del partido izquierdista Syriza, del exjefe de Gobierno Alexis Tsipras (26 %).
En tercer lugar, con un 9 %, está el socialdemócrata Pasok-Kinal, seguido del Partido Comunista (6,5 %) y el izquierdista MerA25 del exministro de Finanzas Yanis Varufakis (3,5 %).
Mitsotakis se presenta como la «única opción» para garantizar la estabilidad y mantener a Grecia en la senda del crecimiento.
«Por un lado, está la propuesta de gobernabilidad de Nueva Democracia y por el otro está el caos absoluto», dijo Mitsotakis durante un mitin, aludiendo a la fragmentación de la izquierda.
Por su parte, Tsipras propone formar un «Gobierno progresista» con los socialdemócratas de Pasok-Kinal pese a que éstos, al igual que los comunistas y los seguidores de Varufakis, han rechazado hasta ahora cooperar con él.
El líder izquierdista se muestra confiado en que el electorado «botará» del poder a un Gobierno «corrupto», al que acusa de haber violado la democracia y el Estado de derecho, principalmente por un escándalo de escuchas a periodistas y políticos por parte de los servicios secretos.
El actual Ejecutivo «ha instaurado un régimen» que favorece a los ricos y que «hiere la democracia con actos delictivos», dijo la funcionaria pública María Manolaki, y reveló durante un mitin que votará a Syriza.
Yannis Politis, un empleado privado, apoyará a ND, pues quedó descontento con la gestión de Tsipras cuando éste fue primer ministro, entre 2015 y 2019. «Syriza ha demostrado que no tiene la capacidad de gobernar el país. Si fueran elegidos otra vez, simplemente repetirían los mismos errores», señaló Politis.
Tanto Mitsotakis como Tsipras prometen subir los salarios y rebajar impuestos, así como reforzar el sistema de sanidad y la educación pública.
El programa de Syriza es más ambicioso, con medidas de alivio «inmediatas», como reducir el IVA en los alimentos y otros impuestos a los combustibles, así como poner fin a los desahucios de las viviendas.
Pero los expertos consultados estiman poco probable que la izquierda pueda derrotar a los conservadores. «Syriza ya ha quemado su carta cuando prometió el cambio en 2015» y luego aceptó los fuertes recortes exigidos para obtener el tercer rescate financiero para el país, explicó el politólogo Nikos Frangonikolópulos.
También Yorgos Siakas, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Tracia, cree que la situación actual beneficia a ND. En su opinión, «lo que interesa a los ciudadanos son las condiciones económicas, como la subida de precios», mientras que se han mostrado más bien indiferentes al escándalo de las escuchas.
Sea como sea, los sondeos vaticinan que mañana ninguno de los partidos obtendrá la mayoría absoluta que exige la ley, lo que llevaría a nuevas elecciones a principios de julio, cuando el partido más votado obtendría una bonificación de hasta 50 escaños.
Los colegios electorales permanecerán abiertos entre las 07.00 y 19.00 hora local y se espera que los primeros resultados sean publicados pocas horas después.