Tomado de Revista Semana
El diputado de Córdoba responde a los señalamientos que se le han hecho por controlar la hidroeléctrica de Urrá. Habla de su relación con el presidente Petro y revela de dónde ha obtenido su patrimonio.
SEMANA: En Córdoba aseguran que usted tiene el manejo de la hidroeléctrica de Urrá. ¿Qué les responde?
Gabriel Calle: Ninguno, en lo absoluto. Es absurda una insinuación de ese tipo porque yo no tengo la capacidad para tener el manejo de una empresa del Estado. No tengo ningún interés en ello, simplemente aquí en Córdoba hemos estado viviendo lo difícil de un ambiente político en el cual en el departamento hay unas casas políticas eternas en el poder. Nosotros somos unos jóvenes de un municipio, que nos hemos criado a pulso, que nos hemos preparado académica y profesionalmente. Eso ha generado siempre una molestia. Mi candidatura a la gobernación de Córdoba generó una molestia muy grande en la clase política. Yo lo dije en toda la campaña porque mi candidatura era muy incómoda porque había un pacto de una candidatura única a la gobernación del departamento y yo me opuse a eso. Entonces no es cierto que tengamos alguna injerencia en Urrá.
SEMANA: Ángel Delgado Domínguez fue hasta hace poco secretario de Urrá. ¿De dónde lo conoce?
G.C.: Lo conozco de Montelíbano porque estudiamos en el mismo colegio, pero es un muchacho que es seis años mayor que yo. Yo estaba en quinto de primaria cuando Ángel se estaba graduando del Bachillerato. Montelíbano es un pueblo pequeño donde uno se conoce con todo el mundo y hemos compartido distintos escenarios laborales. Coincidimos en la Gobernación de Córdoba, él trabajó como asesor en la secretaría de Educación y yo fui secretario de Desarrollo Económico del departamental. Es un profesional del que tengo las mejores referencias.
SEMANA: Mucho se ha hablado sobre el retiro de Rafael Amaya de Urrá. Dicen que fue por presiones de parte suya. ¿Sabe qué pasó en ese tema?
G.C.: Las razones de la salida del doctor Amaya, pues la conoce directamente a la junta que es quien toma la decisión. Ahí no participa un diputado, un congresista, ni mucho menos ni un político. Hay un debate judicial en el cual yo no puedo opinar. La justicia determinará quién tiene la razón.
SEMANA: ¿Usted presionó a Rafael Amaya en algún momento?
G.C.: En ningún momento. Uno se relaciona para verificar que la labor política se haga bien, pero presiones jamás. Es absurdo pensar que yo pueda presionar a un funcionario del Estado.
SEMANA: Hay unos nombres en Urrá que han llamado la atención porque supuestamente llegaron con su ayuda y fueron contratados. ¿Colaboró en algo para que fueran contratados?
G.C.: No tengo ninguna capacidad para interferir en que alguien sea contratado. Conocer a una persona no quiere decir que tú interfieres. Conozco a algunos de ellos, pero repito que sus temas laborales son un asunto que son derecho de cada colombiano.
SEMANA: En Córdoba aseguran que vida está llena de lujos, dicen que su salario como diputado no logra cubrir sus gastos. ¿Qué les responde a quienes cuestionan esta situación?
G.C.: Que es absurdo. Yo soy abogado hace más de 11 años, en el sector público fui secretario de Desarrollo Económico de la Gobernación de Córdoba, fui asesor de despacho del Ministerio del Interior y actualmente soy diputado. Si me preguntan sobre mi estado financiero, puedo decir que nosotros tenemos unas empresas familiares que son públicas. No entiendo por qué nunca en los medios de comunicación señalan que nosotros y mi padre nos hemos dedicado al sector del comercio de combustible desde hace más de 34 años. Nosotros tenemos estaciones de servicio, transporte de combustibles en camiones y ese patrimonio familiar es inculcado por mi padre porque ha sido un hombre que nos ha inculcado el valor del trabajo.
Soy abogado especialista en derecho público, con maestría en derecho, también con énfasis en gobierno municipal, es decir, soy una persona profesionalmente preparada para ganar bien en cualquier sector que me desempeñe. Tengo una casa, mi patrimonio consiste en una casa en Montelíbano que construí hace más de siete años y la hice con un crédito por 400 millones de pesos. Ahí está el registro bancario y todavía debo unos 100 millones.
En mi declaración de renta, la cual es pública, está claro que yo me he desempeñado en el alquiler de maquinaria amarilla y eso no es un secreto. ¿Cómo la adquirí? Ahí están los préstamos en los bancos a través de leasing. Y quedan unos rendimientos que te permiten vivir cómodamente, pero no con lujos, como dicen por ahí. Como diputado gano un sueldo de 30 millones de pesos y no es un salario menor y eso me permite cubrir mis gastos.
Si vamos a hablar de lujos en Córdoba tenemos que hablar del señor que hoy está en casa por cárcel, que es el señor Musa Beasile, del cual yo sí puedo decir que es una persona que no entiendo cómo sigue delinquiendo desde su casa. Viene llamando a funcionarios del Estado y dicen que existe una relación directa entre él y Rafael Amaya.
SEMANA: ¿Qué más sabe de Musa Besaile?
G.C.: He tenido conocimiento de que algunos alcaldes los han llamado para ofrecerles cupo para obras y ofrecen coimas. Cómo es posible que una persona con esas características esté en casa por cárcel y siga delinquiendo. Si hablamos de lujos hay que revisar si es cierto que el señor Musa Besaile adquirió una finca que está avaluada en 35 mil millones de pesos. A esa familia le molesta que yo los denuncie y yo he dicho varias veces que no soy petrista, soy un joven liberal que coincide con ideas progresistas que planteó este Gobierno y que ha venido planteando y que he defendido en campañas políticas como gerente de la campaña de la presidencia. Demostré una gestión impecable porque nunca se ha podido decir que en las campañas de Córdoba hay algún cuestionamiento. Decir hoy que yo vivo en lujos no tiene sentido. Dicen eso porque hice un viaje con mi familia que lo tenía programado desde antes de iniciar la campaña presidencial y que se aplazó por mi candidatura a la Gobernación de Córdoba.
SEMANA: Pero para los habitantes de la región, los viajes que ustedes han hecho con su esposa, resulta lujoso. Marcas exclusivas, carros último modelo y demás. ¿Qué les responde?
G.C.: Hablemos al detalle. El viaje a Emiratos Árabes fue nuestra luna de miel y antes de la campaña. No entiendo por qué el cuestionamiento sobre eso porque fue hace mucho tiempo en el que ahorramos los dos y no es un viaje costoso. El carro no es de mi esposa, es un carro de su padre que ha trabajado toda la vida.
SEMANA: ¿Y los relojes Cartier?
G.C.: Ella no los tiene, los estaba mirando. Se los estaba midiendo en un almacén y no los compró porque son muy costosos. Así como se mide vestidos o algo y se toma fotos. Gracias a Dios y al trabajo, he podido viajar poco, pero lo intento hacer una vez al año con mi familia. Lujos los de Musa Besaile y la Corte Suprema debería revisar eso.
SEMANA: A ustedes los acusan de ser líderes de un clan familiar, el clan Calle y a usted lo perfilan como el líder del manejo del poder en la región. ¿Es verdad?
G.C.: No, eso no es cierto. Acabo de perder una elección a la Gobernación de Córdoba, aunque tuve más de 300 mil votos con un mensaje de cambio y de hacer política de manera diferente. Eso genera incomodidad porque es retar a quienes se creen dueños absolutos del poder. Mi familia no es un clan. Mi padre no podía hacerme campaña porque fue candidato a la alcaldía de Montelíbano por el Partido Liberal, mi hermano Andrés no podía hacerme campaña porque el partido Liberal le entregó coaval a Erasmo Zuleta. Entonces si fuéramos la familia más poderosa, como quieren hacernos ver, hubiéramos ganado,
SEMANA: ¿Cómo está su relación con el presidente Petro?
G.C.: La última vez que hablé personalmente con el presidente Petro fue en la segunda vuelta presidencial. Yo no he hablado con él desde que es presidente porque yo no voté buscando un favor de parte de él, voté porque confío en que el país necesita un cambio. He confiado en ese proyecto de cambio y no soy amigo personal del presidente Petro y no tengo interés en participar del Gobierno.
Entonces yo he confiado en ese proyecto de cambio. Yo no voté por Petro por amiguísimo, yo no soy amigo personal del presidente, no tengo negocios con el presidente. No tengo intereses en participar del gobierno.
SEMANA: Si nada de esto es cierto, ¿por qué hay tantos señalamientos contra ustedes?
G.C.: Porque es un ataque político. Ellos se han ofendido desde que lancé denuncias públicas. No me da temor hacer denuncias y eso me ha costado, ya que al que habla lo pueden matar. Este ataque viene del clan Besaile.