En otro hogar de Chochó, en uno que está en los alrededores de la plaza, a un costado de la Iglesia, lloran la muerte de José Carlos Arévalo Contreras, el muchacho de 20 años que practicaba Stunt al tiempo que estudiaba mecánica diesel.
Su pasión, dice su papá, Carlos Nadim Arévalo Contreras, era hacer acrobacias en las motos, por eso el día de su sepelio sus amigos lo despidieron en medio de esos shows, los mismos que estaban realizando el 25 de julio y al ver a la Policía huyeron para que no les quitaran las motos y no porque tuvieran que ver con el crimen del policía, aclara el padre con voz fuerte en medio de su dolor.
Y es que paralelo a esa sed de justicia en la casa de los Arévalo Contreras hay un objetivo específico que tanto el padre del fallecido como su tío Rodolfo Contreras Tapia hacen público: que se limpie el nombre de los tres muchachos y del pueblo.
“Una acción como esta no puede empañar el nombre de un buen pueblo. Aquí la gente se muere de vieja, no porque la asesinen”, sentencia el tío Rodolfo, que es un líder comunitario de Chochó que está metido en cuerpo y alma en las investigaciones para que haya justicia y verdad, y destaca los avances que se han dado hasta el momento.
“No solo en esta casa, sino en el pueblo entero recordarán a mi hijo como un pelao muy alegre, con muchas amistades de todas las edades, era un pelao que por su manera de ser era querido por todos. Tenía una moto, que ahora no aparece, y yo lo llamaba para que me llevara a trabajar y en ocasiones se quedaba conmigo trabajando en la construcción, de la que yo soy técnico”, narra el padre que recuerda haber visto con vida por última vez al mayor de sus dos hijos al mediodía de ese lunes 25 de julio cuando terminó de almorzar y entonces manipulaba el celular de su mamá, pues él no tenía.
Dice Carlos Nadim Arévalo que cuando a su hijo lo detuvieron en el retén lo llamaron a decirle para que llegara al sitio, pero él no quiso acudir “porque yo estaba trabajando y porque creí que ese era un retén que la Policía debía realizar en esos momentos porque le acababan de matar a uno de sus compañeros y entonces era normal que a todo el que por allí pasara lo detuvieran para requisar”, pero ahora, tras lo sucedido, asegura que ese no era un retén cualquiera.
Agrega que “los policías en su afán de dar un positivo por la muerte de su compañero en Sampués hacen lo que hacen, pero no era así”, puntualiza Carlos Nadim Arévalo.
Las primeras versiones oficiales del coronel Carlos Andrés Correa Rodríguez, entonces como comandante de la Policía en Sucre y que fueron replicadas por el gobernador Héctor Olimpo Espinosa Oliver al término de un consejo extraordinario de seguridad, fueron: “En la reacción oportuna de nuestros efectivos se logró la neutralización de tres presuntos delincuentes que habrían cometido el hecho” y “fueron neutralizadas tres personas que participaron en el asesinato del patrullero en Sampués”, respectivamente.