Luis Alexánder Moscoso, viceministro de Salud, anunció que las personas a las que se les confirme desde el punto de vista clínico que tienen déficit en sus defensas recibirán un refuerzo de la vacuna contra covid-19, de acuerdo con recomendaciones del Consejo Asesor de Vacunas.
De acuerdo con el viceministro, en conversación con EL TIEMPO, este grupo de personas, al que pertenecen, entre otras, las postrasplantadas, con inmunodeficiencias primarias y las que reciben tratamientos con medicamentos que bloqueen su sistema inmunológico, podrán recibir una dosis más de la vacuna que se les haya aplicado un mes después de haber completado su esquema.
Moscoso adicionalmente aseguró: «Se estudiaron otros grupos de población importante, estamos esperando algunas confirmaciones y estudios que esperamos sean publicados esta o la siguiente semana y a más tardar dentro de dos semanas tener estudios completos».
También aclaró que la aplicación de esta tercera dosis dependerá de los estudios que muestren evidencia para priorizar a determinados grupos. «Hoy los estudios muestran que las poblaciones en riesgo pueden beneficiarse de esa tercera dosis y empezamos con las personas que tienen inmunosupresión y vamos a ir avanzando con los grupos de riesgo. Por ahora, la evidencia sugiere que podrían ser los mayores de 70 años, pero esperemos la conclusión de los análisis».
El presidente Iván Duque, en la mañana de este viernes, confirmó también la noticia. Publicó en su cuenta de Twitter que: «Con @MinSaludCol, y siguiendo recomendaciones del Consejo Asesor de Vacunas, decidimos que habrá refuerzo en la vacuna contra #COVID19 para poblaciones con inmunosupresión o déficit en defensas. Nuestra prioridad es la vida y seguimos adelante con el Plan Nacional de Vacunación».
Este refuerzo ya es una realidad en países como la República Dominicana, Israel, Francia, Uruguay y Rusia.
En Estados Unidos, por ejemplo, se confirmó que el proceso de aplicación de tercera dosis arrancará a partir del 20 de septiembre.
«Los datos disponibles muestran claramente que la protección contra la infección por Sars-CoV-2 comienza a declinar con el tiempo después de las primeras dosis de la vacuna», según un comunicado conjunto de altos funcionarios, entre ellos, la directora de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, y Janet Woodcock, directora interina de la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había pedido, a inicio de agosto, una moratoria global a una tercera dosis pese al rápido avance de los contagios por la vacuna delta. Esta solicitud la había hecho con el fin de que hubiera vacunas suficientes para inmunizar a al menos el 10 % de la población de cada país y proteger así a quienes están en mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave y morir.
«Entendemos la preocupación de los gobiernos de proteger a sus poblaciones de la variante delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más, mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección», dijo en su momento el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
En repetidas oportunidades también han mencionado desde la organización que para tomar este tipo de decisiones es importante tener en cuenta los datos consistentes sobre si realmente es necesario este refuerzo. «Si no tenemos esto muy claro podemos entrar en un ciclo en el que siempre estaremos inseguros sobre lo que tenemos que hacer», recalcó la responsable del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien.
El debate sobre la tercera dosis
Con el avance de la variable delta empezó a aumentar la discusión sobre qué tan necesaria sería una tercera dosis para reforzar los esquemas de quienes ya estaban completamente inmunizados contra el covid-19.
En un análisis publicado por este diario se había mencionado que mientras Chile, Alemania e Israel han anunciado planes para aplicar estos refuerzos, y Emiratos Árabes, China y Rusia ya los están administrando, otros países insisten en que su prioridad –en medio de la escasez de biológicos– es asegurar que una proporción de la población pueda acceder al menos a las dos dosis para alcanzar los niveles mínimos que permitan una inmunidad colectiva.
No podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más
Pese a esto, los pocos ensayos que han probado dosis de refuerzo infieren que las terceras dosis de las vacunas desarrolladas por Moderna, Pfizer, AstraZeneca y Sinovac aumentan los niveles de anticuerpos “neutralizantes” cuando se administran varios meses después de la segunda dosis. Sin embargo, investigadores como Luis Fernando Alarcón, del Instituto Nacional de Salud Pública de México, aseguran que esto es una evidencia muy frágil para respaldar la aplicación general de una tercera dosis y que todo apunta a que no sean necesarias para la mayoría de las personas.