Por Carlos Ordosgoitia Sanin
Alcalde de Montería
Los hombres y mujeres que integran la Policía son ciudadanos como nosotros. Tienen los mismos derechos, tienen familias por las que trabajan día a día. Son seres humanos que tienen sueños, ilusiones y anhelos de salir adelante.
Es aberrante ver como un grupo de criminales, de la manera más baja y ruin, siguen un macabro plan para asesinar a nuestros uniformados. Estos hechos sanguinarios, encaminados a afectar la institucionalidad, no son más que crímenes que le quitan el alma y la esperanza a los hijos, hijas, padres, hermanos y esposas de esos héroes que, en estado de indefensión, son atacados por la espalda o acribillados cuando realizan actividades cotidianas, como la de compartir en familia al interior de su vivienda.
Lamentamos profundamente el asesinato de 17 uniformados pertenecientes a la Región 6 de la Policía Nacional, comprendida por los departamentos de Córdoba, Antioquia y Chocó. Dos de ellos estaban adscritos a la Policía Metropolitana de Montería: el patrullero Kevin Mejía Arrieta, asesinado en el corregimiento Las Palomas, y el patrullero Kevin Martínez Luna, a quien le arrebataron la vida en Cereté.
Grupos delincuenciales como el “clan del golfo”, de donde vienen tan cobardes hechos, han manifestado que esta ola criminal se extenderá hasta el próximo 7 de agosto. Temerosa actuación con la que buscan adquirir “estatus” y sentarse a dialogar. Para tal fin, no es necesario emprender acciones canallas. Si hay voluntad de paz, seguramente el gobierno los escuchará.
Desde el Gobierno de la Gente, permanentemente articulamos acciones con la Fuerza Pública para seguir la lucha contra estos grupos narcoterroristas. Tenemos un plan de recompensas por información certera que contribuya al desmembramiento de sus estructuras financieras y que conlleve al paradero de los más buscados y de los sicarios que están arrebatándole la vida a los miembros de la Policía.
Se ha redoblado la seguridad y se han incrementado los patrullajes en zona urbana y rural. Especialmente, en corredores que utilizan estos bandidos como zonas de escape y rutas de narcotráfico, hacia el Golfo de Morrosquillo. Nuestros valerosos hombres y mujeres de la Fuerza Pública no les dan tregua y siguen cerrando el rango de acción a los grupos al margen de la ley.
Como ciudadanía estamos llamados a proteger y cuidar la espalda de nuestros policías. Denunciando hechos sospechosos, alertándoles ante posibles ataques, brindando información oportuna a las líneas de atención.
Nuestros uniformados cumplen una función primordial para la preservación de la convivencia ciudadana y son el primer eslabón que trabaja por salvaguardar el valor democrático de la seguridad. Son ellos quienes recorren las calles para brindar tranquilidad.
Los delincuentes jamás nos doblegarán. Todo el peso de la ley recaerá sobre ellos. Hoy más que nunca debemos unirnos monolíticamente como sociedad para respaldar a nuestros policías y hacerles saber que cuentan con nosotros. No podemos permitir que los sigan asesinando.