El exalcalde de Bucaramanga reconoció que el sector de vivienda es uno de los más destacados en sus finanzas.
El exalcalde de Bucaramanga y actual aspirante a la Presidencia, Rodolfo Hernández, ha sido reconocido por su papel en el mundo empresarial.
El ingeniero civil es uno de los aspirantes que podría llegar a la segunda vuelta según la última encuesta del Centro Nacional de Consultoría (CNC) en la que obtuvo el 19,1 % de la intención de voto —porcentaje muy cercano al 20,8 % de Federico Gutiérrez, pero alejado del 35,8 % de Gustavo Petro—.
Ahora bien, en una entrevista para BOCAS, el candidato reconoció que tiene una fortuna de alrededor de 100 millones de dólares. Sus inversiones están distribuidas de la siguiente manera: «El 70 por ciento en tierra y un 30 por ciento rotándola en la financiación de los productos que vendemos», según dijo Hernández.
Su empresa llamada Constructora HG (Hernández Gómez y Compañía) fue fundada en 1972. «Yo tenía unos amigos en Piedecuesta, Guillermo Gómez Serrano y Abelardo Serrano Otero, y entre los tres formamos una constructora que se llamó Hernández, Gómez y Serrano. Al poco tiempo, Serrano se retiró y la empresa pasó a ser Hernández Gómez (HG). Luego a Guillermo le dio cáncer en la laringe, se retiró y yo me quedé solo con el negocio«, aseguró al respecto.
Dentro de esta agrupación se enfocaron en la construcción de viviendas con las que obtuvo una importante recompensa. El candidato reconoció que también hubo periodos de crisis: «Alcancé a tener 1.500 casas hechas sin vender, y pagando intereses. Ante esa situación, se me ocurrió financiar yo mismo a la gente y quitar al banco de en medio. […] En 1994, comenzamos a vender y vendimos todo rapidísimo. A los tres años pagué las cuotas iniciales y las cuotas mensuales de las 1.500 casas, pasé toda la deuda y me quedé con las hipotecas. Ese día me volví rico».
Para él las inversiones en tierra son una buena estrategia ya que «todos los días vale más por las plusvalías que genera el mismo Estado sobre el lote. Y lo que hagan los vecinos, todo lo que trabajen los demás se lo gana el lote, que además tiene otra ventaja: nunca es viejo. Este apartamento empieza a tener edad, pero la tierra no».
A su vez, Hernández resaltó el apoyo de su esposa Socorro Oliveros quien lo ayudó al desarrollo de su vida empresarial y finanzas: «Mi esposa es una acumuladora de dinero la cosa más brava. Hace inversiones, consigue activos, más que todo lotes. A ella le encanta comprar lotes y dejarlos ahí».
Tomado de PORTAFOLIO