Luego de tres sesiones y de duras críticas, el Concejo aprobó, en segundo debate, el ingreso de Bogotá a la región metropolitana Bogotá – Cundinamarca. Con esta decisión, a la que le falta aún la votación de cada uno de los artículos -ya fue negada la ponencia negativa y solo quedó la positiva-, se activa la figura de asociatividad regional, que es inédita en el país.
La iniciativa autoriza al Distrito Capital a hacer parte de la nueva región metropolitana, a la que ya se vinculó en mayo pasado la Gobernación de Cundinamarca, con la aprobación de la Asamblea Departamental.
La región metropolitana Bogotá Cundinamarca es una entidad administrativa de asociatividad regional de régimen especial y a ella pueden asociarse los municipios que lo deseen. Su objeto es garantizar la ejecución de planes y programas de desarrollo sostenible y la prestación oportuna y eficiente de los servicios a su cargo.
Bogotá comparte la dinámica de conmutación laboral con 17 muncipios de la Sabana. Esos serían en principio las entidades territoriales que la integrarían, sin embargo, otras más pueden hacer parte de la misma, según expuso la secretaria de Planeación, María Mercedes Jaramillo.
La aprobación de la norma se dio luego de que durante tres largas sesiones, la última de ellas de más de ocho horas, varios concejales expresaran sus preocupaciones y en medio de barras con carteles en contra y a favor de aprobar el proyecto, e incluso fuertes enfrentamientos verbales entre algunos de los cabildantes.
Entre los temas que más debate tuvieron fueron el impacto fiscal que tendrá el ingreso de la ciudad a la región metropolitana, los costos de la integración del transporte intermunicipal, en especial el subsidio a las tarifas; las fuentes de financiación de los proyectos de interés regional, la protección de los ecosistemas y del agua, y si el Concejo y el Distrito pierden autonomía o no frente a la figura del consejo regional.
Si bien todos los concejales están de acuerdo en que se debe conformar una región metropolitana, también hubo críticas a la figura asociativa que se estableció desde el Congreso de la República y a que no se haya convocado una consulta popular. Incluso, varios cabildantes aseguraron que la región metropolitana no tiene un sustento técnico sino político.
No obstante, los funcionarios de la administración distrital que asistieron a los debates respondieron a los interrogantes planteados y abogaron por la aprobación del proyecto de acuerdo.
Las críticas a la creación
El debate lo lideraron los concejales que no comparten la creación de la región metropolitana tal como esta se ha planteado. Entre los que más cuestionaron la creación estuvieron Iván Cancino, Carlos Carrillo, José Cuesta, Heidy Sánchez y Lucía Bastidas y Martín Rivera. Estos dos de la Alianza Verde, el partido de la alcaldesa.
De hecho, Rivera anticipó su voto en contra y aseguró “es necesario y lógico no oponerse a la planeación de una región, pero se está haciendo a la fuerza y con falta de planeación”. Agregó que “es una irresponsabilidad grande con las futuras administraciones de Bogotá que no haya claridad en el marco fiscal de mediano y largo plazo de lo que le va a costar a la ciudad la región metropolitana”.
Bastidas fue más allá y señaló que “el matrimonio Nicolás – Claudia le va a salir caro a los bogotanos”, al referirse a que los dos gobernantes son los principales promotores de la nueva figura regional. La concejal preguntó sobre qué va a pasar con los proyectos de movilidad que se adelantan con municipios los vecinos que no están interesados en ingresar, como es el caso de Soacha, y si estos van a terminar castigados.
«Neceistamos una autoridad que coordine, sí; necesitamos integrarnos con la región, sí. Pero no significa que tenemos uq ehacer una región metropolitana en la manera como la hicieron, en la que los bogotanos tenemos que pagar más impuestos», señaló Bastidas, quien aseguró que «no hay claridad de cuáles son los hechos metropolitanos». Y agregó citando a funcionarios del Distrito que «la región metropolitana no soluciona los problemas de Bogotá» y que «las decisiones del consejo regional sí se imponen al alcalde de Bogotá, que hace parte de ese consejo».
Cancino, por su parte, dijo que la creación de la región es “legitimar el volteo de tierras” en municipios de Cundinamarca y expresó su preocupación por las competencias del consejo regional como máximo órgano de gobierno de la región metropolitana. Carrillo se sumó a las críticas y cuestionó duramente a sus colegas del Concejo y señaló que lo que se va a hacer “es ceder competencias a perpetuidad” y lamentó que no se no se haya consultado a la ciudadanía.
Algunas de las posiciones a favor del proyecto
Uno de los cabildantes que anunció su voto a favor de la región fue Julián Rodríguez Sastoque, quien señaló que la discusión se había vuelto política e insistió en que varios miembros del Pacto Histórico en el Congreso de la República habían acompañado y fueron autores del proyecto que permitió la creación de la región metropolitana. Agregó que sobre el tema se han creado «mitos» y citó uno de ellos: «Que se va a dejar sin agua a los municipios de Cundinamarca, falso».
La concejal conservadora Gloria Elsy Díaz expresó algunas dudas para que sean tenidas en cuenta en la reglamentación de la región metropolitana y dijo que su bancada daba «un voto de confianza» al proyecto y que consideraba que «no hacer nada es peor que hacer». Aseguró que Bogotá y la región tienen temas comunes y tienen que dialogar.
Fabián Puentes, por su parte, defendió la creación de la región y dijo que «cuando se generan estas dinámicas, estas conformaciones de áreas y regiones metropolitanas a nivel mundial, una consecuencia de ello es el aumento de la productividad, es el aumento de la competitividad. Si Bogotá y la región hoy contribuyen con cerca del 32 por del Producto Interno Bruto de la Naicón, a través de estas acciones se van a mejorar las condiciones y el aporte al PIB será mayor» .
Rubén Darío Torrado destacó en su intervención que el proyecto tienbe puntos positivos y que «posiblemente contribuyen a solucionar algunos de los problemas de caracter regional. Dijo que «es importante que las decisiones que se tomen en estas figuras de asociatividad sean articuladas y den lineamientos para proceder en las respectivas jurisdicciones».
Qué respondieron algunos funcionarios
La secretaria de Movilidad, Deyanira Ávila, explicó que la entidad a su cargo operará de manera transitoria como como autoridad en la región en este campo mientras se crea una agencia de movilidad regional que deberá decidir sobre los proyectos de infraestructura de impacto en la región metropolitana y un fondo de estabilización que permita financiar dichos proyectos y el transporte público de la región.
“Frente al transporte intermunicipal, a hoy no hay una organización clara y hoy, como región metropolitana y como agencia regional, podemos tomar esa competencia”, aseguró Ávila.
El secretario de Hacienda, Juan Mauricio Ramírez, señaló que la puesta en marcha de la región metropolitana no implica un costo fiscal para la ciudad, debido a que los recursos asignados para el funcionamiento de la nueva estructura por parte del Distrito se tomaron de excedentes de 2021 que ascienden a 1.422 millones de pesos.
Ese valor equivale al 50 por ciento que le correspondería al Distrito que se presupuestaron para seis meses de este año y que se sumaría a otro 50 por ciento de la Gobernación de Cundinamarca. Aseguró que para el próximo año se tienen contemplados 75.000 millones de pesos de aportes de la Nación.
Ramírez también señaló que en el momento no es posible determinar el impacto fiscal que tendrá la región metropolitana para el Distrito en el mediano y largo plazo, porque se desconocen los proyectos de nivel regional que se van a desarrollar.
Dijo que la ley que autoriza la creación de la región metropolitana Bogotá – Cundinamarca establece fuentes de financiación y relacionó algunas de ellas: plusvalía, delineación urbana, contribución regional de valorización, derechos por uso intermodal y una contraprestación aeroportuaria.
“Como no tenemos cuál es el portafolio de proyectos de la región metropolitana, se trata de construir, de armarlo, tampoco podemos saber cuánto va a costar la región”, afirmó Ramírez.
Y agregó: “Cuánto va a recaudar la región por plusvalía, sobretasa o impuesto distritales no sabemos. No es posible exigir que haya un estudio de impacto fiscal de la región metropolitana en ese sentido”.
William Mendieta, secretario Jurídico de Bogotá, indicó que no se puede hablar de impacto fiscal hasta que no se apruebe y no se determine qué se va hacer a futuro en la región metropolitana y que tanto el Distrito, como la Gobernación y los municipios que se vinculen realizaran aportes para el funcionamiento de la estructura de asociatividad regional. Y señaló además que ni Concejo ni el Distrito perderán autonomía.
Los ponentes del proyecto de acuerdo fueron los concejales José Cuesta, cuya ponencia en contra fue votada de forma negativa, y Julian Espinosa y Samir Abisambra, presidente del cabildo distrital. Estos dos últimos apoyaron la creación de la región. Sus ponencias fueron unidas.
El proyecto de acuerdo fue aprobado en primer debate en el Concejo de Bogotá el pasado 31 de octubre. Y en su paso por la plenaria no puede ser modifcado el texto del mismo.
Tomado de El Tiempo