Existen personas, buenas y malas, que poseen habilidades sorprendentes.
Por: Eduardo Padilla Hernández, presidente Asociación Red Colombiana de Veedurías ciudadanas (ASO-RED).
No son corrientes. No pertenecen al común. Algunos genios como Gabriel García Márquez y Elkin Patarroyo, entre otros, dedicaron sus vidas a realizar proyectos nobles asociados al arte y a la ciencia. La historia ha demostrado que algunos genios buenos no reciben apoyo del Estado.
Existe otra clase de genios que prefieren marchar en vías contrarias conexas con el delito. Estos genios malos se dividen en dos grupos: Un sector pertenece al establecimiento, mientras que el otro grupo está supuestamente al margen de la élite. Ambas asociaciones delictivas realizan el mismo trabajo sucio; pero el primero lo hace con la anuencia del gobierno, mientras que el otro es perseguido por las “autoridades”. Si el pueblo conociera el misterio de la iniquidad, otro gallo cantaría en las urnas.
La justicia muestra toda su hostilidad contra los genios malos que están fuera. Pero, ¿por qué la autoridad no es hostil con los genios malos que están dentro del establecimiento, conociendo todo el catálogo de corrupción que hay allí? ¿Acaso los de afuera y los de adentro no coinciden en sus intereses políticos? ¿O será que los dos bandos son concomitantes, pero la élite muestra lo contrario a través de los medios de comunicación?
Ha habido casos en que los de adentro dialogan con los de afuera. Luego, si las partes llegan a un acuerdo, los incluyen en los programas estatales, de acuerdo al perfil del genio; pero ellos tienen clara una cosa: que ese acuerdo esté alineado con sus propios intereses políticos.
Cuando los de afuera entran, pero mantienen su posición rebelde, las “autoridades” saben lo que tienen que hacer, como en el caso de Mancuso, Yidis y Ñeñe, entre otros.
Por lo extensa, en exceso, no puedo publicar aquí la historia completa de todas las hazañas de un sujeto que se mantuvo al margen de la élite interna. Se trata de Alex Naín Saab Morán, un genio que partió de la pobreza y, luego de muchas proezas, pudo amasar una enorme fortuna. Alex Saab es un barranquillero, de ascendencia libanesa, que no sabe cuántos millones de dólares hay en su haber.
Pero en el principio no fue así, pues su familia invirtió en sus estudios todos sus ahorros; y cuando él se graduó, alguien le suministró una mercancía al crédito, con la cual Alex Naín comenzó su carrera como comerciante en Barranquilla, vendiendo llaveros de promoción empresarial. Posteriormente se puso a confeccionar ropa, uniformes de trabajo y camisetas estampadas. En octubre de 1998 creó la empresa Shatex S.A., con la que iniciaría sus movimientos comerciales. En el 2003 cuando el gobierno venezolano aplicó el control cambiario, él inició el comercio de exportación. Del 2004 al 2007, para poder realizar operaciones iniciales entre legales y ficticias, manipuló sus declaraciones de renta y registros financieros que marcaron ingresos por $2.292 millones de pesos, llevando doble contabilidad: una para los bancos (otorgamiento de créditos) y otra para la DIAN (pago de tributo).
Con el tiempo, Saab, conoció a un grupo de empresarios colombianos reconocidos, entre ellos, Álvaro Enrique Pulido Vargas y a la senadora Piedad Córdoba, utilizando el sistema preferencial de divisas de Cadivi (Comisión Nacional de Administración de Divisas, que fue un organismo venezolano, encargado de administrar las divisas a los ciudadanos, compra y venta de dólares y euros).
Bajo ciertas condiciones y limitaciones, controlando el libre acceso a la moneda extranjera, mediante Cadivi, Saab tenía libre movilidad de capital, y para ello hizo uso de ocho empresas de las cuales siete eran Offshore de maletín (Personas que hacen las veces de administradores y controlan una sociedad sobre el papel, pero en realidad no tienen ninguna autoridad sobre sus actividades. La persona aparece como accionista en la documentación de una empresa, pero no tiene poder real sobre la misma ni sobre sus activos). Durante esa época Saab acumuló deudas millonarias tras la suspensión de pagos de divisas por parte del gobierno venezolano.
En 2011, Saab da el gran salto que lo enriqueció debido al negocio como proveedor de materiales de la Misión Vivienda en Venezuela, valiéndose del diferencial cambiario entre el dólar paralelo y el dólar preferencial, en perjuicio del Estado venezolano. El 28 de noviembre del año 2011 se firmó el convenio colombo-venezolano entre Venezuela y la empresa Fondo Global de Construcción de Colombia, organización que fue registrada en Bogotá con un capital de $1.707 millones de pesos colombianos, el 24 de noviembre de 2011 (4 días antes de la firma del convenio en Caracas), cuyo representante legal era Alex Saab, que derivó en un contrato de 685 millones de dólares para la instalación en Venezuela de una fábrica de kits para la construcción de viviendas prefabricadas de polietileno expandido y mallas electrosoldadas. En el acto estuvieron presentes los entonces presidentes Juan Manuel Santos y Hugo Chávez, al igual que el canciller de esa época Nicolás Maduro.
El abogado de Saab le aseguró en ese entonces a La W Radio que la sede del Fondo Global de Construcción en Ecuador no tenía ningún nexo con el empresario colombiano. Mientras la misma organización estaba siendo investigada por el gobierno ecuatoriano, por presunto lavado de activos a través de exportaciones falsas hacia Venezuela. En julio de 2013, en Ecuador se divulgó un movimiento de exportaciones ficticias. La Fiscalía General de Ecuador informó sobre los resultados de las investigaciones realizadas por varios meses a tres empresas, a las cuales se les bloqueó, por clonación de facturas para justificar operaciones ficticias.
Una verdadera investigación se dio inicio en el 2013 en Ecuador, solicitando la detención de Álvaro Pulido y Alex Saab en el 2015 por un escándalo de corrupción de su empresa Fondo Global de Construcción de Ecuador. Al final, las exportaciones cuestionadas sumaban $159 millones. Pero el caso fue archivado.
Saab sólo contaba con el apoyo de Nicolás Maduro, ya que Juan Manuel Santos, Piedad Córdoba y Gustavo Petro negaron cualquier vínculo con él.
El genio de la “Arenosa” ha sido solicitado por las autoridades de Colombia y Estados Unidos. Es nombrado en investigaciones periodísticas por el hecho de realizar negocios con un importe estimado en 135 millones de dólares con el gobierno venezolano. Mientras que otros empresarios colombianos tuvieron que dejar de exportar a Venezuela, debido a la incertidumbre frente a los pagos de sus facturas de importación y los excesivos controles motivados a la aplicación del control cambiario en Venezuela.
En el 2017, el “currambero” fue señalado como presunto testaferro del presidente Maduro, por parte de la exfiscal venezolana Luisa Ortega Diaz. El 9 de junio de 2020, La Fiscalía General de la Nación emitió un comunicado informando acerca de la extinción de dominio de los bienes de Saab, por un valor de 35 mil millones de pesos representado por siete inmuebles. Es investigado por lavado de activos, tiene vigente una circular roja de Interpol para ser ubicado e interrogado, por una acción criminal en perjuicio del Estado colombiano.
Tres días después, Saab fue arrestado en Cabo Verde, África, el 12 de junio, por su circular de interpol. El arresto se produjo cuando su avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional Amílcar Cabral en la Isla de Sal, cuando se disponía a recargar combustible. Y, en efecto, Estados Unidos pidió su extradición.
Pese a estar en prisión, el 29 de diciembre de 2020, el régimen venezolano de Nicolás Maduro intentó designar a Alex Saab como embajador extraordinario y plenipotenciario en la misión de Venezuela ante la Unión Africana, en un documento firmado por el canciller Jorge Arreaza pidiendo su liberación y traslado a Adís Abeba (Etiopía), Solicitud que fue rechazada: “Si decidieron nombrarlo embajador, es porque admiten que, al momento de ser capturado, como supuesto “enviado especial” del régimen, no tenía rango diplomático, como lo alegaron sus abogados”. “Ningún nombramiento de este tipo tuvo efectos retroactivos. No afectó para nada ni su detención, ni el trámite de extradición”.
Como si este audaz costeño, Alex Naín, fuera una potencia mundial, en noviembre de 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desplegó un buque de guerra en las costas de Cabo Verde, África, para evitar un intento de escape. Se trataba de una misión secreta del buque USS San Jacinto; que partió desde Virginia y cruzó el Atlántico, para evitar que el régimen de Nicolás Maduro o sus países aliados, como Irán, buscaran la manera de sacar a Alex Saab de la isla.
Esta historia criolla, del villano o antagonista colombiano Alex Naín Saab Morán, que parece una película de acción, merece ser contada en algunas de las empresas estadounidenses de entretenimiento cinematográfico por suscripción. El problema de esta saga sería hallar un protagonista; pues en estos tiempos de bancarrota de todos los valores, buscar un héroe es como buscar una aguja en un pajar.