A finales de enero, el Distrito capital formalizó su postulación ante instancias internacionales para ser la sede de la próxima Convención Marco sobre el Cambio Climático (COP16), un evento crucial que reúne a líderes mundiales, científicos, empresarios y representantes de comunidades en torno a la biodiversidad y medidas contra el cambio climático.
La decisión de postular a Bogotá como ciudad anfitriona se fundamenta en diversos factores. Con 124.000 hectáreas de áreas verdes y páramos, la capital colombiana ostenta una riqueza ambiental única. Además, su destacada capacidad logística y posición estratégica la convierten en la puerta de entrada ideal para albergar a los aproximadamente 12.000 participantes que se espera asistan a la cumbre.
Sandra Borda, alta consejera para las Relaciones Internacionales de Bogotá, enfatizó que la ciudad no solo cuenta con el espacio físico más extenso y mejor equipado del país, sino que su ubicación estratégica permite realizar la cumbre con la menor huella de carbono posible.
La postulación de Bogotá no solo busca consolidar la ciudad como epicentro de eventos internacionales, sino también posicionar a Colombia y la Región Metropolitana como líderes en la escena ambiental global. La COP16 ofrecerá una plataforma única para la participación de representantes gubernamentales, empresariales, académicos, científicos, así como voceros de comunidades indígenas y juveniles.
En caso de ser seleccionada como sede, Bogotá no solo se convertirá en el epicentro de la toma de decisiones sobre la preservación de la biodiversidad durante las dos semanas del evento, del 21 de octubre al 10 de noviembre, sino que también potenciará la cooperación internacional hacia la conservación de ecosistemas críticos, especialmente los páramos, fundamentales para el control de los niveles de dióxido de carbono y el suministro de agua.
La designación de Bogotá como sede de la COP16 abrirá oportunidades para atraer inversiones relacionadas con tecnologías verdes, consolidará la ciudad como destino atractivo para científicos y profesionales ambientales, y contribuirá al liderazgo del país en el cumplimiento de la Agenda 2030.
La decisión oficial se espera para la próxima semana, consolidando así la posibilidad de que Bogotá albergue este evento de importancia global y promueva acciones concretas para abordar los desafíos del cambio climático y la conservación ambiental.