En junio de 2017 debía estar en funcionamiento el Acueducto Regional del San Jorge. Sin embargo, una obra que empezó en 68 mil millones de pesos ha tenido tantos inconvenientes que hoy la inversión supera los $92 mil millones.
Han pasado cinco años y dos meses desde que se venció el compromiso de terminar el proyecto y el Consorcio Acueducto San Jorge 2014, cuyo representante legal es Carlos José Pernet Abdala y nada que lo pone en funcionamiento. Hoy los cerca de 98 mil habitantes de Buenavista, Planeta Rica, La Apartada, Pueblo Nuevo, no ven llegar la primera gota de agua de esta obra.
Por más peticiones para multar al contratista por sus múltiples incumplimientos ha sido imposible que este entregue el Acueducto. Sin embargo, con la llegada de Orlando Benítez Mora a la Gobernación de Córdoba el 1o de enero de 2020, se le puso acelerador a los trabajos y se logró avanzar al 96%.
Parece que al contratista del Acueducto del San Jorge le quedó grande el 4% final del proyecto. Eso le falta para dejar de ser un ‘elefante blanco’.
Y justo en ese porcentaje se encontraba el pasado 20 de mayo, cuando el mandatario de los cordobeses conjuntamente con el contralor Delegado para Vivienda y Saneamiento Básico, Javier Reyes, inspeccionaron la obra y luego de reuniones con los encargados de esta, se manifestó que en tres meses, es decir, el 20 de agosto debía culminar su ejecución y anotaron, “de manera exitosa”.
Han pasado diez días desde el vencimiento del compromiso por parte del Consorcio Acueducto San Jorge 2014 y nada que se entrega el proyecto.
Hace dos semanas se hicieron unas pruebas de bombeo para detectar filtraciones y verificar las acometidas.
Habitantes de los municipios que cobijaría el Acueducto del San Jorge dijeron que el agua llegó muy sucia y desde ese entonces no se volvió a saber más nada del proyecto.
Preguntado en las últimas horas sobre el tema, el Gobernador dijo: “Lo que allí ha sucedido es que, como fue una obra que encontré con problemas desde 2014, lo primero que hice fue pedir el acompañamiento a los órganos de control y hacer un balance físico, técnico, jurídico y financiero. Posteriormente, se avanzó y hoy está cerca. Esperamos que el contratista cumpla y podamos entregar esta herencia maldita y convertirla en una obra para el pueblo”.
EL MERIDIANO