Ante el magistrado José Haxel de la Pava y en el marco de la investigación del Tribunal de Justicia y Paz para esclarecer los crímenes cometidos por grupos de paramilitares en el departamento de Norte de Santander Bloque Catatumbo, el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso insistió en acusar a agentes del Estado, miembros del Ejército, Policía y Gobierno, de ser cómplices de su accionar ilegal durante el conflicto armado en Colombia.
Según Mancuso, los paramilitares cometieron crímenes siguiendo las órdenes de altos mandos del Estado a través de listas que les entregaban para desaparecer a supuestos colaboradores de la guerrilla, muchos de ellos, estigmatizados por personas que tenían acceso a información privilegiada por pertenecer a la estructura legal del Estado.
“Un listado que nos entregaron las autoridades, ese listado contenía nombres, muchos de esos nombres iban acompañados de fotos y todos eran acusados de tener algún tipo de vinculación con la guerrilla. También llevábamos guías, había un guía que era del Ejército, otro guía que era de la guerrilla del ELN que le decíamos si recuerdo bien ‘Nicaragua’ porque era nicaragüense entre otras cosas había estado en el conflicto en Centroamérica, había otro que era de las Farc, no recuerdo el nombre en este momento pero en las versiones está su señoría”, aseguró.
Mancuso relacionó dos casos específicos en los que los paramilitares ejecutaron asesinatos de acuerdo a una lista que les habrían entregado miembros del Estado, basados en: la muerte del humorista Jaime Garzón y del líder indígena de la etnia Embera Katío, Kimy Pernía Domicó.
“Existía el tema de la estigmatización y se dio por ejemplo en el caso de Jaime Garzón, el humorista, él ejecutado por la banda la ‘terraza’ una banda que absorbió las autodefensas cuando empezó también en ese recorrido de creación de Auc y de control territorial, social, político, económico, de todo lo que subvirtiera las órdenes que se iban creando por las autodefensas entonces iban anexando a las autodefensas, o combatiendo y esa banda se anexó a las autodefensas que venía de atrás de una cuenta de una oficia de cobros de Pablo Escobar y todas las cosas pero finalmente termina haciendo parte de un componente estructural de las autodefensas urbanas de Medellín al mando de ‘don Berna’ y de Carlos Castaño directamente (…) puse esos dos ejemplos de connotación nacional para que usted viera cómo de una u otra manera se estigmatizaba a una persona pero eran pedidos que venían de arriba del Estado, venían de las instituciones de seguridad del Estado, y de esa manera se ejecutaron muchas acciones por parte de las autodefensas y en la zona de Norte de Santander eso no fue la excepción”, afirmó ante el Tribunal de Justicia y Paz.
Las declaraciones de Salvatore Mancuso coinciden con los 22 años que se cumplirán el 13 de agosto de 2021, del asesinato de Jaime Garzón, por el que la Corte Suprema de Justicia condenó a 26 años al exsubdirector del DAS José Miguel Narváez.
“Muchos de ellos desafortunadamente fueron estigmatizados por conveniencia del mismo Estado, por ejemplo algo que recuerdo sucedió en aquel momento histórico con el líder indígena Kimy Pernía Domicó, en algún momento el comandante Carlos Castaño me ordenó que había que darlo de baja, asesinarlo, y cuando se da de baja al líder indígena porque estaba en oposición a la construcción de la represa de Urrá en Tierralta (Córdoba) fueron los motivos reales por los que nos entregan una información, estigmatizándolo diciendo que era guerrillero y que había estado detenido por subversión, por vínculos con la guerrilla del EPL, pero realmente lo que estaba era peleando estaban construyendo el Estado colombiano, una hidroeléctrica en Tierralta, que estaba inundando sus territorios ancestrales donde ellos tenían sus cultivos y viviendas, y su modo de vivir y subsistir en la región. Entonces ‘lo estigmatizaron’ como miembro de la subversión y que hacía alianzas con la guerrilla y una cantidad de informaciones que dieron al respecto de él, y efectivamente la autodefensa como viene de un listado que entrega el Estado colombiano, pues a ojo cerrado se ejecuta la acción, incluso el mismo comandante Castaño lo ordenó”, declaró Mancuso.
Según el exjefe paramilitar, Carlos Castaño le aseguró que fue engañado por el Estado sobre las razones que le entregaron para justificar el asesinato del líder indígena Kimy Pernía de la etnia Embera Katío el 2 de junio de 2001:
“Pero cuando se ejecuta esta acción, el comandante Carlos Castaño me llama molesto y me dice que por qué yo había tomado esta decisión dar de baja a este líder indígena, entonces le mostré y le dije, afortunadamente yo tenía la orden que me había dado y que había sido por escrito, y le dije ´mire, esto me ordenó usted comandante Castaño’ y me dijo ´cómo va a ser Dios santo que nos préstamos para semejante cosa, nos han utilizado’, entonces ahí él recriminó y dijo cómo nos utilizó las instituciones, el Estado para que ejecutáramos un crimen de Estado estigmatizando a una persona que no tiene nada que ver con temas de grupos subversivos y efectivamente la autodefensa lo dio de baja”.
Desde una cárcel de Estado Unidos, Salvatore Mancuso aseguró que la figura de las ‘Convivir’, respaldada por los gobiernos de la época, permitió que civiles se armaran paralelamente a la fuerza pública para perseguir guerrilleros, grupos que desembocaron en las AUC:
“Estos grupos venían conformados desde hacía tiempo atrás, por las mismas fuerzas militares en su mayoría, los grupos de paramilitares autodefensas que encontramos ya en la zona. Pero recuerde también que existían también las ‘Convivir’ fueron… yo fui presidente de la ‘Convivir Horizonte Ltda’, a través de esta ‘Convivir’ me desplacé por todo el norte de Colombia ayudando a crear más grupos de ‘Convivir’, yo llegaba con el grupo 15 hombres todos con fusiles, todos con pistolas amparados por el Estado, y además de eso cargaban dos miembros de la Policía nacional que eran de la SIJÍN, que era ‘caballo’ de apellido Ortíz y Sáenz ambos de la SIJÍN y ambos tenían fusil Galil que cargaban conmigo más sus pistolas, más una M60 que nos entregaba la policía dentro de ese grupo que cargaba. Así que con ellos hicimos reuniones, citábamos a ganaderos, les decíamos que la misión era crear grupos de ‘Convivir’ que eran el apoyo a la lucha contra la subversión a la institucionalidad, a las fuerzas del Estado, y estos grupos les mostraba cómo era la manera de operar, y que lo hacíamos de la mano de la policía, del ejército, del DAS, de la Fiscalía, tal como operamos en todas las zonas del país”.
Cuando estos grupos de ‘Convivir’ recogían la información, según Mancuso pero el ejército no podía hacer presencia en la zona, acudían a las autodefensas:
“Si no iba el ejército, la policía o el DAS o al ente que le correspondía, teníamos la posibilidad de comunicarnos con las autodefensas para que ejecutaran las operaciones que evitaban adelantar las fuerzas militares. De esa manera se fue gestando la creación de muchas ‘convivir’ que luego desembocaron en las autodefensas cuando sus miembros quedaron expuestos cuando fue derogado el uso de armas por parte de civiles (…) estos grupos en su mayoría fueron a parar a los bloques y los frentes de las autodefensas que habíamos creado, de esa manera fueron creciendo las AUC en la zona en la región, operamos con información que nos daba el ejército, policía, DA, Fiscalía, y se la entregábamos a los diferentes comandantes de la zona, la mayoría de estas personas eran señaladas de tener vinculación con la guerrilla”.
Ante Justicia y Paz de Barranquilla, Mancuso ratificó que los nombres de los colaboradores de las autodefensas los ha entregado a las instancias judiciales desde hace varios años, entre estos, agentes del Estado que reclutaban personas en las ciudades y en los campos colombianos, utilizando gastos reservados del Ejército.
“En el departamento de Córdoba, yo asistí a muchas reuniones donde se nos pedía que colaboráramos con el Ejército, que creáramos un fondo de gastos reservados que el Ejército pagaba con unos grupos especiales que tenía, y empezó a conformar grupos de autodefensa. El departamento de Córdoba se dividió en cuadrantes y esos cuadrantes se hizo responsables a algunas personas de ellos y se crearon grupos de la mano del Ejército en ese momento”, afirmó Salvatore Mancuso.