Una joven auxiliar de enfermería de 24 años también ha experimentado síntomas tras aplicarse la vacuna.
En la clínica Montería está siendo atendida la auxiliar de enfermería Erika Julieth Miranda Jaramillo de 24 años, quien manifestó síntomas de una posible reacción adversa a la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer que le fue aplicada el pasado 2 de marzo.
Según relata Gladys Jaramillo, madre de la joven auxiliar, le refieren que su hija comenzó a presentar molestias después de ser vacunada, tuvo náuseas, vómito y una sensación de calor en las extremidades inferiores.
De inmediato fue internada y permaneció en observación hasta las 10:00 de la noche del jueves cuando le dieron el alta médica, sin embargo, los síntomas persistieron.
“A mí me llamaron para pedirme el consentimiento de ingresarla a la UCI, yo vengo de Tierradentro y llegué ayer a Montería hacia las 4:00 de la tarde muy angustiada y hoy la tienen internada porque le estaban dando convulsiones”, señaló la madre de la joven auxiliar.
Sostuvo que pudo verla en la clínica, advirtió su estado alterado, no la recuerda a ella, ni a su hija, tampoco su esposo ni compañeros de trabajo y habla incoherencias.
“Yo la veo muy mal me dijeron que lo que le pasó está en estudio, que ha salido bien en los exámenes, le hicieron una resonancia de la cual me dan respuesta mañana sábado”, dijo la madre de la auxiliar de enfermería.
Se trataría entonces de segundo caso en Córdoba de personal de la salud vacunado que manifiestan alguna reacción adversa tras recibir la vacuna, tras el primero registrado en Sahagún pero con el fármaco de Sinovac.