LAURA GIL HABLÓ SOBRE ‘CONSENSO DE VIENA’

La embajadora de Colombia en Austria, Laura Gil, conversó con El Reporte Coronell acerca del terremoto diplomático que se desató en el marco de la sesión 67 de la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas tras la ruptura del llamado ‘Consenso de Viena’, una larga tradición de decisiones unánimes en esta comisión.

Es preciso recordar que Colombia, representada por Gil, se pronunció en medio de la declaración que evaluaba los primeros cuatro años del compromiso ministerial 2019 –eminentemente prohibicionista– en la lucha antidrogas.

Colombia, en alianza con Estados Unidos, pidió una votación para no excluir la expresión “reducción de daños”, la cual apareció por primera vez desafiando la rutina y la activa oposición de Rusia y China. La votación permitió que ganara la declaración con 38 votos a favor incluyendo a Colombia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza. Hubo 2 votos en contra: los esperados China y Rusia y seis abstenciones.

El Reporte Coronell advirtió que la existencia de esa votación, por sí sola, mató el ‘Consenso de Viena’.

Además, en la rutinaria declaración prohibicionista, Colombia introdujo un párrafo que habla de la necesidad de adelantar la lucha antidrogas con especial atención en los derechos humanos y la necesidad de adoptar medidas innovadoras ante los fracasos de la política antinarcóticos aplicada hasta ahora.

Sobre esta hazaña diplomática, Gil aseguró que ese párrafo, considerado un ‘Caballo de Troya’ y unido a la declaración de los 62 países que sostiene que el régimen global de drogas fracasó “le permite a Colombia, con los países afines, convocar a la conversación que sigue de ahora en adelante, que es: ¿cómo lo reformamos?”.

En cuanto al concepto de “reducción de daños”, que consagra el fin del ‘Consenso de Viena’, Gil lo calificó como “un logro todavía no dimensionado en Colombia”, ya que se logró “cambiar el camino de la política global de drogas, así de simple, algo que varios países venían buscando desde hace 20 años”.

En cuanto a qué consecuencias trae para la diplomacia internacional el fin de este consenso, Gil aseguró que este hecho cambia la forma de trabajar en Viena.

Así lo explicó: “En Ginebra y en Nueva York, las sedes de Naciones Unidas votan y nadie piensa dos veces. En Viena, los organismos no votan, solo se hace muy ocasionalmente. En la Comisión de Estupefacientes nunca se había votado una resolución, lo único que se votaba era qué instrumentos iban en qué lista de prohibición”.

Por eso, agregó que eso que se alteró en la última sesión cambia la forma de trabajar y hace que se pierda el miedo a romper el ‘Consenso de Viena’: “El consenso es una institución y los países tienen mucho temor de ser los primeros en patear el tablero. A mí los países me decían: ‘si Colombia lo hace, apoyamos, pero no queremos ser los primeros en hacerlo’”.

Además, Gil explicó que la razón por la cual se funcionaba con base en consenso es que, como las resoluciones de la Comisión de Estupefacientes no son jurídicamente obligatorias, “una resolución de consenso tiene más peso político y casi legal que una tomada por votación”.

“Para nosotros era claro: este era el momento para hacerlo, si no damos el paso, vamos a seguir patinando”, afirmó la embajadora Gil.

Tomado de W radio

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