Al término de su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el presidente Gustavo Petro envió un mensaje a la Casa Blanca sobre su papel en la política contra las drogas para la paz total.
Según Petro, “el cambio de la política de drogas de Estados Unidos es fundamental si queremos paz y seguridad”. El llamado lo hizo, además, después de citarse con el Asesor Presidencial Especial para las América del Gobierno de Estados Unidos, el senador Chris Dodd, con quien conversó sobre los tratados de extradición.
El mandatario volvió a insistir en su hipótesis de que la guerra contra las drogas fracasó, un llamado que esta vez hizo desde la instancia internacional en la que participó por primera vez en calidad de presidente.
El Ejecutivo sostiene que el combate a las sustancias ilícitas fue un “fracaso total en todos los indicadores, tanto para ellos como para nosotros” y afirma que “todo son cifras negativas, más muertos aquí, más muertos allá por sobredosis, más poder de las organizaciones multicrimen, más desestabilización democrática de los países”.
La Casa de Nariño está buscando que la cuestión del narcotráfico no se mire como un problema militar de guerra, sino como una situación de salud pública y asevera que ese cambio en el relato de las drogas es necesario para el país porque “la paz de Colombia depende de ese cambio de la política de drogas que hay que dar en el mundo”.
A pesar de los llamados de Petro, desde la Casa Blanca le han enviado varios mensajes al Ejecutivo pidiéndole tomar medidas contra la proliferación de los cultivos ilícitos en el país y la administración Biden sigue considerando el narcotráfico como un problema.
La embajadora de Estados Unidos ante ese organismo, Linda Thomas-Greenfieldl, llamó la atención sobre que “la producción de drogas ilícitas sigue avivando la violencia en áreas afectadas por el conflicto”.
De hecho, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito reportó que hubo niveles récord de cultivos de coca en 2021. Mientras que Petro insiste en que la guerra contra las drogas impide el avance de la paz, desde la Casa Blanca consideran que “todos los actos de violencia, ya sean ataques contra la fuerza pública, comunidades indígenas o afrocolombianas, excombatientes, defensores de derechos humanos o ambientalistas, impiden el progreso y la paz”.