Se cumplen 34 años del terrible asesinato a manos de un veterano de la guerra de Vietnam.
Antes de sacar el revólver de su maletín, se tomó algunos ‘destornilladores’, los famosos coctéles de vodka y jugo de naranja. Había ocupado una mesa del restaurante Pozzeto, en la carrera Séptima con calle 61, que solía visitar con cierta frecuencia, y a los meseros les llamó la atención la cantidad de veces que se levantó al baño.
No tenían cómo saberlo, pero, para ese momento, Campo Elías Delgado ya tenía a cuestas varios asesinatos que había cometido a lo largo de ese 4 de diciembre de 1986. Y no solo ellos –los meseros– sino también los clientes del exclusivo restaurante, serían las próximas víctimas.
La jornada siniestra de Delgado –un hombre cincuentón que medía 1,74 metros y había estado en la tropa norteamericana que combatió en la Guerra de Vietnam–, arrancó en la mañana, en un edificio del norte de Bogotá donde vivía una joven de 15 años a quien le dictaba clases de inglés.
Tanto a ella como a su madre las asesinó a cuchilladas.
«Vivía con su mamá. A sangre fría, le disparó e incineró su
cuerpo»
De ahí, el veterano de guerra salió para Chapinero, donde vivía con su mamá. A sangre fría, le disparó e incineró su cuerpo, produciendo de paso un incendio del que se ocuparían horas después los bomberos, mientras él sellaba con su arma una de las noches más violentas que ha vivido Bogotá.
Mientras Delgado bajaba las escaleras de aquel edificio, contarían luego algunos sobrevivientes, presionó con insistencia los timbres de sus vecinos. Cinco de ellos resultaron baleados y muertos por el hombre.
La última parada de Campo Elías fue Pozzeto. Cuentan que antes de beber los ‘destornilladores’ había comido unos espaguetis y fue justo después de pagar la cuenta cuando abrió el maletín, que había sido su única compañía en la mesa.
De repente, comenzó a disparar indiscriminadamente a los más de 40 comensales del restaurante. Según algunas versiones, Delgado habría recargado su revolver para seguir disparando, hasta que la Policía llegó al sitio y logró abatirlo.
Contándolo a él, fueron 29 las víctimas esa noche de hace 34 años en Pozzeto.