2022 ha sido un año agitado en materia astronómica. Estrellamos un asteroide y cambiamos su órbita, el telescopio James Webb maravilló con sus fotos de un universo jamás visto, entre otros eventos como eclipses y lluvias de meteoros. Entre los eclipses más esperados se encuentra la Luna roja.
El martes 8 de noviembre habrá un eclipse total de Luna y ocurrirá porque la Luna, el Sol y la Tierra se alinearán. Durante un eclipse lunar total, el 100% de la Luna se oscurece por la sombra en forma de cono de la Tierra, conocida como umbra.
Este eclipse lunar total será visible en Asia, Australia, América del Norte, partes del norte y del este de Europa (solo en fase penumbral) y la mayor parte de América del Sur. Podrá verse sin riesgos sin ningún tipo de telescopio, pero se recomienda el uso de binoculares para disfrutar con mayor ímpetu.
Cuando la Luna está dentro de la umbra, se tiñe de un tono rojizo, por ello los eclipses lunares a veces se denominan ”luna de sangre”. Según la NASA, el mismo fenómeno que hace que nuestro cielo sea azul y nuestras puestas de sol sean rojas hace que la Luna se vuelva roja durante un eclipse lunar.
Eso se llama dispersión de Rayleigh. La luz viaja en ondas, y los diferentes colores de la luz tienen diferentes propiedades físicas. La luz azul tiene una longitud de onda más corta y se dispersa más fácilmente por las partículas de la atmósfera terrestre que la luz roja, que tiene una longitud de onda más larga.
“Por esta razón, durante el eclipse la luz primero debe pasar por la atmósfera de nuestro planeta. La luz roja atraviesa más directamente la atmósfera. Durante este viaje, la atmósfera terrestre dispersa preferentemente la luz azul de longitud de onda más corta, mientras que la luz roja y naranja consiguen llegar hasta la superficie lunar. Cuanto más polvo o nubes haya en la atmósfera terrestre durante el eclipse, más roja aparecerá la Luna”, explicó el medio ecuatoriano El Universo.