Aída Victoria Merlano fue condenada este martes por la participación en la fuga de su madre, la excongresista Aida Merlano, en hechos registrados el 1 de octubre de 2019. En la decisión, fue absuelto de toda culpa el odontólogo Javier Cely.
En el sentido del fallo emitido por el juzgado 20 de conocimiento de Bogotá se señaló que existen evidencias suficientes para demostrar que la joven tuvo pleno conocimiento y participó activamente en la fuga.
Esto tras valorar las pruebas documentales y testimoniales que presentó la Fiscalía General, entre las que se destacan las declaraciones de los agentes del Inpec que estaban con la excongresista en el consultorio odontológico ubicado en el edificio Centro Médico La Sabana, ubicado en la calle 116 con Carrera Séptima.
El juez emitió condena por el delito de fuga de presos en concurso con uso de un menor de edad en la comisión de delitos. Para evitar el riesgo de fuga, el despacho judicial emitió la orden de captura en contra de Aida Victoria Merlano.
En el caso del odontólogo se determinó que nunca tuvo conocimiento del plan de fuga de la excongresista y que solamente la atendió en tres oportunidades para realizar un diseño de sonrisa.
En este sentido se señaló que jamás tuvo conocimiento del contenido del maletín que le llevaron a la exrepresentante a la Cámara, señalando que el trato que tuvo con ella fue de profesional de la salud a cliente.
En la audiencia que se celebró el pasado 3 de agosto, el odontólogo Javier Cely rompió en llanto y reiteró que era inocente. “Estoy muerto en vida, me dañaron mi familia, mi profesión, estoy en tratamiento psiquiátrico”.
Desde el 27 de enero de 2020, la exrepresentante a la Cámara por el Atlántico se encuentra privada de su libertad en una cárcel de Venezuela, país en el que fue recapturada por las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional (FAES).
Merlano se escondía en una humilde vivienda en Maracaibo, la capital del fronteriza del estado Zulia.
¿Cómo fue la fuga de Aida Merlano?
Antes de protagonizar una de las fugas más espectaculares de Colombia, Aída Merlano era la ficha clave para armar el rompecabezas de la corrupción electoral en la Costa Atlántica. Casi a la misma hora en que saltó al vacío, colgada de una cuerda, la excongresista había pactado una cita en la cárcel con investigadores de la Fiscalía para explorar beneficios tras ser condenada a 15 años de prisión por compra de votos. La fuga hace pensar que esa cita no era otra cosa que una estrategia de distracción para escaparse.
La fuga no surgió de un día para otro. Desde que pisó la cárcel El Buen Pastor, en abril de 2018, a Aída la notaron desesperada por evitar afrontar lo que inevitablemente se le venía. Agobiada por repetidas crisis emocionales que vienen de tiempo atrás, la otrora humilde política del sur de Barranquilla intentó suicidarse en su celda.
Apenas se vio tras las rejas, también empezó a contactar a sus antiguos aliados en esa red de corrupción electoral que todo el país conoció cuando las autoridades allanaron la famosa ‘Casa Blanca’ en la capital del Atlántico. El mismo día de las pasadas elecciones legislativas, descubrieron en esa vivienda del barrio El Golf una sofisticada estructura criminal: hallaron dinero en efectivo, 18 computadores, material electoral, listados con nombres y cédulas, armas y municiones.
Tomado de Revista Semana