La lucha mundial contra la corrupción ha quedado prácticamente estancado en la última década y casi el 90 % de los países no registra avances, según el último informe de Transparencia Internacional (TI), que sitúa a Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda a la cabeza de esa estrategia.
La ONG, que emitió su reciente análisis sobre el 2021, alerta que si los gobiernos continúan utilizando la pandemia de covid-19 para erosionar los derechos humanos y la democracia, la corrupción podría empeorar a mayor velocidad.
«Muchos países han utilizado la pandemia como una excusa para cercenar libertades básicas y esquivar el sistema de pesos y contrapesos», denuncia el informe.
TI otorga una puntuación a cada uno de los 180 países evaluados en función de su nivel de percepción de la corrupción en un rango de 0 a 100.
En cuanto a América Latina, la información indica que los dos países más corruptos son Venezuela con una calificación 14 puntos, seguido de Nicaragua con 20 unidades, mientras que las dos naciones con mejores acciones son Uruguay con una calificación de 73 y Chile con 67 puntos.
Del resto de países evaluados sólo pasa Costa Rica, con 58 puntos, mientras Colombia llegó sólo a 39 unidades.
En términos globales, la media global se mantiene en 43 puntos por décimo año consecutivo, aunque dos tercios de los países no llegan a aprobar, con 27 que obtienen la puntuación más baja de su historia.
Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, los tres con 88 puntos encabezan la clasificación, mientras que Somalia (13), Siria (13) y Sudán del Sur (11) obtienen de nuevo las puntuaciones más bajas del índice.
En esta última década, 154 países han sufrido un deterioro en la percepción de la corrupción o no han avanzado sustancialmente. Preocupa especialmente la situación de algunas regiones como Centroamérica, donde crece el autoritarismo en países como Nicaragua o El Salvador.
Desde 2012, 23 países han decaído en el índice, entre ellos algunas economías avanzadas, como Australia (73), Canadá (74) y Estados Unidos (67), que, por primera vez, dejan de estar entre los 25 países mejor calificados.
En cambio, 25 países han mejorado significativamente sus puntuaciones, entre ellos Estonia (74), Seychelles (70) o Armenia (49).
En 2021, entre las grandes potencias, además de Estados Unidos, que se mantiene con los mismos resultados del año pasado, China escala 3 puntos, con 45 unidades frente a los 42 anteriores, mientras que Rusia cayó de 30 a 29.
En este nuevo informe España baja un punto en la clasificación, de los 62 que obtuvo en el informe anterior, a los 61, y desciende desde el puesto 32 al 35, entre Lituania e Israel.
Este estancamiento general en la lucha contra la corrupción está relacionado, según la ONG, con los abusos a los derechos humanos y con el deterioro de la democracia en todo el mundo.
El informe destaca que los países que vulneran las libertades civiles obtienen de forma consistente puntuaciones más bajas en el índice.
Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional, afirma que el respeto de «los derechos humanos es más que algo deseable en la lucha contra la corrupción. Los modelos autoritarios destruyen los controles y contrapesos independientes y hacen que tomar acción contra la corrupción dependa de los caprichos de una élite».