Winny Forero es una joven de 26 años líder de la comunidad LGTBI en Ansermanuevo (Valle del Cauca), y quien denunció a través de sus redes sociales que dos policías le pegaron y la trataron mal, la esposaron y la encerraron cuando ella se acercó a la estación a denunciar por maltrato laboral a su jefe, con quien había tenido un altercado en la calle. La jefe, al parecer, se le adelantó y se quejó de ella ante los policías que ya estaban prevenidos con Winny y la trataron mal, según relata.
La joven escribió en su Facebook que uno de los policías la amenazó diciéndole que «la iba a picar» y que si sabía «qué le pasaba a los sapos».
Durante dos meses, Winny siguió siendo intimidada por ese policía y hace unas semanas él la persiguió en una moto. Días después, fue asesinada por un hombre en una moto que le disparó a la entrada de la casa de una amiga. Aunque la familia no tiene certeza quién le disparó, pero, quiere denunciar y advertir que había sido golpeada y amenazada por un uniformado, y que ella dejó constancia de estas amenazas en su Facebook y en el reporte al hospital donde la atendieron
Beatriz Forero Gómez, madre de Winny Forero, contó en La W que “la jefe la tumbó de la moto y ella la amenazó con que la iba a denunciar por abuso laboral, entonces la niña quedó en el piso y la jefe fue a denunciarla primero”.
“Cuando ella llegó, los policías la iban a esposar y ella se negó, entonces la golpearon, ella se alteró y dijo que ella tenía derechos y ellos estaban abusando de la autoridad”, indicó.
Expresó que “ella fue a poner la denuncia y allá no la atendieron, le dijeron que enviara todo por correo. A los policías los llamaron a interrogarlos y ellos negaron todo”.
Por su parte, Bryan Forero, hermano de Winny Forero, manifestó que “a raíz de todos los inconvenientes que esta presentando mi hermana en la parte laboral, ella sufrí de enfermedades y tenía que tomar medicamentos. En ese momento, cuando ella estaba allá, se puso muy mal”.
“El día anterior al asesinato, mi hermana fue perseguida por el patrullero y ella tuvo que emprender una huía del miedo que tenía de él, logrando llegar a un taller donde la dejaron entrar. El policía le preguntó dónde vivía y la dirección”, expresó.