300 BOMBEROS QUE INTENTARON RESCATAR A SOBREVIVIENTES DE ATENTADOS DEL 11-S HOY SUFREN PROBLEMAS DE SALUD

Se cumplen 20 años de los atentados terroristas en simultánea que sufrió Estados Unidos contra las Torres Gemelas que fueron destruidas, el Pentágono y uno que terminó en el accidente de un avión con más de 60 pasajeros que aparentemente iba dirigido hacia la Casa Blanca.

En estos ataques terroristas perpetrados por Al Qaeda usando aviones comerciales, murieron casi 3.000 personas, entre pasajeros de los aviones, bomberos, policías, transeúntes, empleados y hasta los terroristas.

El teniente George Rico Díaz, uno de los bomberos rescatista que intentó sacar con vida a personas que estaban atrapadas bajo los escombros de las Torres Gemelas del World Trade Center, y quien hoy da un conmovedor relato en medio de una voz ronca que le costó la inhalación de humo, polvo y demás en medio de los rescates.

«El día de los ataques murieron 343 bomberos de Nueva York cuando entraron a las torres y lo triste es que, en 20 años que han pasado, otros 300 han pasado por enfermedades y condiciones que recibieron cuando estaban tratando de rescatar a la gente porque había mucho humo y tierra», contó.

Destacó que aquel día fue bonito ver cómo la gente se unió para ayudar a los bomberos en su tarea de rescate y cuando se acabó la búsqueda los aplaudían en las calles por donde pasaban, exaltando la labor que hicieron pues 300 de ellos perdieron la vida por ayudar a los heridos cuando las torres gemelas se desplomaron quedando ellos atrapados en los primeros pisos.

«Yo veía muchos vecinos y gente parados en la carretera dándole aplausos a bomberos que habían trabajado tantas horas. Nosotros trabajamos 24 horas de corrido y yo ya terminaba turno cuando todo sucedió y saber que mis compañeros murieron ayudando me duele», dijo.

Recordó que en ese momento del ataque solo quería encontrar vivas a las personas y sacarlas de los escombros, pero era difícil por las condiciones del terreno y el paso de las horas jugaba en contra, pues en varias zonas hubo conatos de incendio y debían parar las labores.

«Fue muy difícil para mí ver las condiciones de los cuerpos, las personas que encontramos y qué estaban haciendo allí cuando todo pasó.  Me encontré una señora mayor y su hija abrazadas juntas y tratando de sacarlas bajo de la tierra decía qué les habrá pasado por la mente en esos momentos en que perdieron la vida. Todavía sueño con ellos y pienso en ellos», agregó notablemente afectado.

Incluso, se refirió a su voz, y detalló que antes de los atentados su voz era diferente, no es que él tuviera su voz ronca, todo esto fue producto del humo y polvo que inhaló y quedó dentro de su organismo.

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